Horas de nado, fuerza y alimentación, así se entrena la natación para los Juegos Olímpicos
No hay una media estándar de duración del entrenamiento, pero pueden dedicar unas dos horas a la piscina y sumarle el trabajo en el gimnasio
La natación, una de las disciplinas estrella de los Juegos Olímpicos, arranca el 27 de julio en la capital francesa para exhibir todos los estilos (braza, mariposa, espalda y crol) en carreras individuales y en relevos, en categorías masculinas y femeninas, que requieren resistencia, fuerza y técnica.
Juan de Dios Martínez, preparador físico de la Unidad de Control de Rendimiento del Centro de Medicina Deportiva del Consejo Superior de Deportes, nos ofrece las claves de una buena preparación que lleve a nadadores y nadadoras a subir al pódium de los medallistas.
¿Cuál es la preparación básica en natación para los Juegos Olímpicos?
“La preparación de los nadadores y nadadoras no solo se reduce a horas de piscina, sino que también es bastante importante el gimnasio, el trabajo de fuerza, que en los últimos años ha tenido una gran evidencia de su beneficio en todo tipo de deporte, no solo en la natación”, explica el experto.
También tiene una importancia relevante la alimentación, apunta.
Pero todo depende de las distancias de cada prueba, desde los 50 metros hasta los 10 kilómetros, que es la maratón de natación, pasando por los 1.500 metros.
No hay una media estándar de duración del entrenamiento, pero pueden dedicar unas dos horas a la piscina y sumarle el trabajo en el gimnasio, los estiramientos en casa, sin olvidar el tiempo con el psicólogo que les ayuda a gestionar la presión, la tensión y el estrés.
“Son muchas teclas del piano para que la melodía, que es la competición o la propia final, se de en las mejores circunstancias”, señala Juan de Dios Martínez.
¿Hay diferencia en el entrenamiento entre hombres y mujeres?
La preparación entre sexos no es tan diferente.
“Lo único que sí influye en esa preparación es la menstruación. Ahí sí que habría una individualización en cada nadadora, dependiendo de los síntomas que tenga en su ciclo hormonal”, matiza el preparador.
En este caso, sí que es necesario que haya una comunicación directa de la nadadora con su entrenador o entrenadora para adaptar el entrenamiento a cada día.
“En la competición, se ha observado -indica el especialista- que en pruebas más cortas de velocidad, 50 ó 100 metros, no se ve tan afectado el rendimiento por la menstruación”.
“Pero en pruebas más largas, como 1.500 metros, que son pruebas mucho más oxidativas, que requieren una gran aportación de grasa y donde interviene mucho el metabolismo de hierro y la anemia, sí que hay una pérdida de rendimiento o una mayor afectación de rendimiento durante la menstruación” en las diferentes fases.
¿Cuál es la alimentación del nadador y nadadora?
Todos los nadadores llevan una alimentación que cubre principalmente sus necesidades básicas del día a día en entrenamiento. “Es decir, si gastan 2.000 kilocalorías, por poner un ejemplo mínimo, tienen que consumir esas 2.000 kilocalorías y un poquito más debido a las exigencias físicas y psicológicas que les trae la preparación”, explica Juan de Dios Martínez.
De cara a una prueba específica dependerá de la distancia a cubrir de la prueba, “y según la vía metabólica que se vea afectada vamos a tener una alimentación u otra. Por ejemplo, en pruebas mucho más largas será mucho más importante una reserva de glucógeno para gastar hidrato de carbono y que tenga disponibilidad energética durante toda la prueba”, puntualiza.
¿Cuáles son las lesiones más comunes en natación?
Las lesiones más habituales en nadadores suelen ser de hombro y de zona baja a lumbar, es decir, de espalda baja, en disciplinas como la mariposa, sobre todo, que requiere una técnica muy agresiva y muchas horas de de entrenamiento, explica.
¿Cómo afecta el cloro de la piscina a la piel y a los ojos?
Es evidente que el cloro de las piscinas y las horas que pasan en el agua afectan a la piel de los deportistas.
“Coloquialmente se suele hablar entre los nadadores de que me huele la piel a cloro y es verdad. Tantas horas se te queda como un resto de cloro perenne, aunque te duches, aunque pases unos días sin nadar, siempre tienes esa sensación de que te queda”, señala el entrenador.
Y los efectos del cloro en la piel se traducen en sequedad e irritaciones, “sobre todo si llevan bañadores tipo body”, especifica.
“A la larga, los deportistas que tienen la piel más sensible sí que puede sufrir irritaciones mucho más severas, pero es lo menos común”.
En piscinas donde hay más concentración de cloro o menos cuidado, también se pueden producir sensación de dificultad para respirar: “Al tomar la bocanada de aire sí que se nota ese ambiente un poco más cargado en piscinas donde el cloro está bastante más alto”.
Aunque los nadadores y nadadoras van protegidos con gafas para nadar y no deberían tener problemas, “sí que es verdad que el cloro, un producto químico muy agresivo, afecta bastante a la retina y al pabellón ocular del ojo”.
Claves para preparar la natación de los Juegos Olímpicos
El preparador de la Subdirección General de Ciencias del Deporte del Consejo Superior de Deportes Juan de Dios Martínez considera que en el entrenamiento de un atleta de la natación deben concurrir:
Contar con un equipo de calidad, tanto técnico como humano.
Que el deportista participe en el entrenamiento: “Que no sea un mero ejecutor, sino el diseñador y el albañil de todo este proceso”.
Constancia y regularidad, “una de las partes más importantes”.
Tener claro que el proceso no es lineal: “No siempre se mejora día a día o semana a semana, sino que hay semanas o meses en los que el rendimiento baja y es natural y necesario para que se dé las mejoras que hagan falta para para seguir avanzando y conseguir el objetivo final”, concluye.
Una preparación física y mental cuya meta es ser campeones y campeonas de natación en los Juegos Olímpicos de París.