Los robos de bases vuelven a tomar protagonismo

Correr las bases, aquello que obliga a los peloteros desde tener unos tobillos finos hasta un equilibrio de los glúteos con la cabeza, parecería ser una habilidad con considerable pérdida de valor.

Esta no es una opinión al azar: Los intentos de robos se redujeron categóricamente en los últimos veinte años, estando en un espacio y tiempo dominado por los ponches y cuadrangulares.

Sin embargo, el reformulado libro de reglas del béisbol puede ser eso que brinde una luz al final del túnel y revierta la “desagradable” tendencia.

¿Qué cosas han cambiado? Las bases son más grandes y los lanzadores únicamente pueden salirse del montículo en dos ocasiones por turno, reglas cuya misión principal está alejada de fomentar las estafas, aunque han ayudado más que nada a la causa.

El curso de los campos primaverales ha sido el escenario con mayor vistosidad en el que se puede apreciar la reaparición de los robos de bases con la motivación de las nuevas reglamentaciones.

Hasta el 16 de marzo habían ocurrido 499 robos de almohadillas de manera combinada en la Liga de la Toronja y Cactus, sentando una drástica diferencia de +199 en comparación con la pretemporada pasada, de acuerdo con Clay Davenport.

Esto es un buen aliciente a medida que se acerca el Día Inaugural de las Grandes Ligas, un escenario donde los intentos de robos disminuyeron en -471 al enfrentar la zafra de 2002 contra la de 2022.

A pesar de no ser el fin de las actuales reglas, evidentemente los corredores tienen un espacio más abierto para lograr avanzar, por lo que ningún otro factor ha tenido mayor incidencia en el aumento del uso de la velocidad en el juego.

Antes de la implementación de bases más grandes en las Mayores, los primeros experimentos en circuitos minoritarios alertaban sobre el incremento de las estafas.

Según cifras de MLB.com, los robos por encuentro en las primeras tres semanas de Clase A-Fuerte en 2021 fueron de un astronómico 1.41, superando al porcentaje de toda la temporada completa de 2019 (0.80).

Estos efectos han surgido de inmediato para beneficio de la liga, teniendo la posibilidad de un juego más dinámico que el agobiante aumento de los chocolates año por año.