Béisbol

Lo que se debe plantear antes de hablar de dinero en el caso de Shohei Ohtani

Shohei Ohtani celebra tras ponchar a Mike Trout para ganar el Clásico Mundial de Béisbol 2023, derrotando al Equipo de EE. UU. 3-2 en loanDepot park el 21 de marzo de 2023 en Miami, Florida. Foto: Eric Espada/AFP.

Carlos MoretaSanto Domingo, RD

Las páginas del béisbol de Grandes Ligas, y de las Ligas Negras, no habían tenido incrustadas las aptitudes físicas de un pelotero al nivel de Shohei Ohtani; parecidos sí (Babe Ruth, Martín Dihigo), pero ninguno que logre combinar todas las habilidades con el nivel del japonés.

Ya ganó bates de plata por el poderío y contacto que suma en su arsenal para producir ofensiva, aunado a otros factores como la velocidad; y está situado entre los perfiles de candidatos a premios como el Cy Young de cara a la venidera campaña.

Este condensado es aquello que lo hace tan mítico como los unicornios.

Llegando a su temporada plataforma antes de acudir a la agencia libre – en caso de no acordar extensión con los Angelinos de Anaheim – las conversaciones sobre Ohtani se hacen más casuales, principalmente situadas en lo que podría ser un contrato cuyo monto supere cualquier parámetro en la historia de los deportes.

Sin embargo, en lugar de adelantarse sobre lo que podría ser el futuro salario del jugador de dos vías, existen dos pilares fundamentales que deben ser planteados para preparar la mesa.

¿Cuán duraderas serán sus habilidades?

Como la sombra misma, esta interrogante es una que acompañará la carrera de Ohtani en todo su tiempo activo.

Pensando en el largo plazo, primero se debe cuestionar la durabilidad de sus herramientas.

Sólo exclusivos atletas de alto rendimiento pueden lanzar una pelota con tanta velocidad y movimiento como lo hace Ohtani, aunque para estos mismos dichos esfuerzos llegan a representar riesgos en la salud.

Por igual, únicamente seres humanos dotados tienen la capacidad de mantener un swing con el impacto de golpear la esférica a más de 100 millas.

Que un atleta haga todo lo anterior a la misma vez, evidentemente nace de una bendición divina; pero también invade la cabeza de dudas la siguiente pregunta: ¿por cuánto tiempo soportará mantener la producción?

Con esto, probablemente veamos equipos que decidan prevenir antes que lamentar con ofrecimientos de poca cantidad de años de duración y la opción de altas sumas de dinero asegurado por campaña, o en su defecto acuerdos donde la mayor compensación económica llegue al principio y luego un pago más bajo en las últimas temporadas de vigencia.

¿Por quién se está pagando?

El valor de bateadores y lanzadores no es el mismo, por lo que es esta otra inquietud al plantear el caso de Ohtani.

Por ejemplo, es improbable pensar en que se le llegue a pagar US$350 millones como jugador ofensivo y otros US$320 como lanzador, sino que se da prioridad a una de las vertientes unido a otra de factor agregado.

En este momento Ohtani es el mejor pitcher de su equipo y está ubicado entre los tres primeros de la alineación, aunque las dudas sobre su durabilidad hacen pensar en que no será así siempre.

Entonces, como observador se puede prever que el mayor valor lo obtenga aquella habilidad que sea garantizada por más tiempo.

Y, como tema externo pero no de menor importancia, la base de fanáticos que arrastra el jugador en cuestión – sobre todo sus connacionales – está llamada a entrar en el interés del equipo que desee sus servicios, así como siendo un arma a favor para su grupo de representantes en las negociaciones.

Ohtani es lo mejor que ha tenido el béisbol del siglo XXI, y todo aquello en su alrededor nunca antes había tenido un precedente para simplificar las cosas.