VELOCIDAD
La F1 regresa cargada de intrigas, campeonato sería el más competitivo en años
La serpiente asfáltica sólo espera a los ruidosos, cuyo banderazo se dio el jueves con una novedosa pretemporada, prevaleciendo un intrigante matiz sobre quién o quiénes marcarán el paso al título, siempre bajo las condiciones que imponga el serio aspirante a tirano, Max Verstappen.
Cuando solo restan dos semanas para que inicie el 5 de marzo en Bahréin el Mundial de Fórmula Uno, todos los equipos apuntalaron el trabajo inconcluso tras la Normativa 2022 y nueva era de ese deporte, lo que prometería una guerra sin cuartel entre los de mayor alcurnia.
Las escuderías han estado afinando como pueden, dado la restricción, sus nuevos bólidos porque el tiempo apremia.
Las nuevas medidas tomadas por la FIA han trastrocado por completo los planes que cada temporada hacían los equipos, que siempre contaban con dos semanas para realizar sus pruebas de mejoras.
Pretemporada “anómala”
Lo primero que salta en el curso 2023 es que los equipos sólo dispondrán estos tres días para confirmar los resultados buscados, de cara a una contienda tan extensa como de 23 carreras.
Dichos cambios darán un giro de 360 grados en la mentalidad de equipos y pilotos, compelidos a hacer sus ajustes sobre la marcha del campeonato.
En ningún caso se tratará tampoco de revolución atentatoria contra el nivel competitivo, toda vez que los cambios introducidos la pasada estación sólo tendrían que ser afinados.
Incluso, se da por descontado que el próximo campeonato pudiera resultar verdaderamente lo que tanto ha esperado la FIA, donde quizás la mitad de las escuderías tendría capacidad de acercarse al trofeo o al menos que una mayor variedad gane carreras.
Intrigante competitividad
La temporada pasada fue de grandes cambios que buscaron mayores niveles de competitividad, los cuales todo apunta a reflejarse en la estación venidera, al menos en lo que proponen los equipos en sus mejoras realizadas en la temporada muerta.
Y lo primero que sale a relucir es el poderío renovado de los coches Mercedes y Ferrari, lanzados a troche y moche contra le hegemonía impuestas por Red Bull y sus estelares pilotos, encabezados por el pichón de dictador neerlandés.
Las flechas plateadas, que mostraron chispazos de lo que pueden representar esta vez contra la bebida energética y la Ferrari, principalmente, han transformado por completo su coche en cuanto a aerodinámica y potencia propia.
Mercedes augura una campaña al nivel que tuvo en la dictadura de Lewis Hamilton. Ha tumbado peso al coche, por mejoras y cambios estructurales. Se espera un gran regreso en los de Brackley, aunque para lograrlo deban recurrir a un ya tanteado plan “B”, por el tema de estrechez en los pontones.
Ferrari, que fue la apostasía en 2022 tras un tremendo inicio, también reclama que está “para dar la clarinada”, con un bólido fluido y que va excelente en todos los trazos. La de Maranello aumentaría 20-30 caballos de fuerza este año, y Charles Leclerc puede aprovecharlo.
En cuanto a McLaren, si bien tuvieron problemas el primer día de pretemporada, se espera mayor fiabilidad y potencia, con promesa de que este año puede estar cerca de los cimeros.
Tanto Alpine, Alfa Romeo como Aston Martin, que promete muchísima mejoría con Fernando Alonso en punta, han dejado ver en los primeros compases preparatorios que deberán afinar bastante para ser más consistentes y conseguir mayor competitividad.
Empero, todo quedará supeditado al gran escrutinio que pasará por los breves ensayos de esta semana, una atípica antesala a la apertura del Mundial en el Golfo Pérsico.