Razones del estrepitoso descenso de Junior Lake

Junior Lake, capitán de las Estrellas Orientales. Fuente externa.

Junior Lake, capitán de las Estrellas Orientales. Fuente externa.

Como si se tratase de echar agua sobre la tierra, el rendimiento de Junior Lake se ha evaporado por completo de un año a otro, pelotero que en su estado actual parece hacerle más daño que cualquier otra cosa a la alineación de las Estrellas Orientales.

En todas las etapas de su actual temporada, el defensor del jardín derecho ha sido retirado por la vía del ponche en el 24.8 por ciento de sus enfrentamientos, mientras tan solo cosecha un promedio de bateo de .172, luciendo indefenso con una capacidad para producir contacto inestable.

A pesar de esto, Lake se mantiene como inamovible dentro del lineup que conforma el dirigente Fernando Tatis, sin importar que termine ponchándose en tres de cuatro turnos como sucedió en el cuarto partido de la cursante serie final, que se tradujo en la tercera derrota en esta etapa para los paquidermos.

La anímica producción sostenida por el bateador derecho preocupa a la fanaticada, pues desde su incursión en la Liga Dominicana (2011-12) se había convertido en sinónimo de la élite entre jugadores del circuito.

En la explicación de su descenso, la baja contundencia en sus conexiones se encuentra como la razón principal, evidenciando que de forma promedio su número de pelotas bateadas se combinan para una velocidad de salida de apenas 80.6 millas por hora.

De acuerdo a una investigación realizada por Béisbol 108 sobre estadísticas avanzadas en la Lidom, publicada el 16 de enero, se establece que los batazos con un inferioridad de 89 mph lograron un porcentaje de bateo de .219, mientras solo el 2.4 % terminó siendo un extrabase.

Por otra parte, las conexiones ejecutadas por Lake salieron de su madero con un ángulo de golpe de 8.9 grados, lo que se traduce en que la mayoría de estos terminaron como batazos de tierra, como se visualiza en el 33.9 % de sus turnos.

Los batazos con superioridad de 90 mph en su velocidad de golpe y la característica de producirse en el aire (líneas o elevados), se identifican como la mancuerna ideal para la producción ofensiva.

La combinación de un buen ángulo e impacto al golpear la esférica es lo que dictamina lo óptimo de un contacto, algo que no ha podido lograr Lake en una temporada que de manera definitiva está repleta de recuerdos para el olvido en sus casilleros personales.