MINIATURAS DEL BÉISBOL
Una final especial
Varios son los motivos que llaman la atención para hacer de esta serie final algo especial, no necesariamente espectacular. Veamos los siguientes aspectos.
- Hace 43 años que no se enfrentaban Licey y Estrellas, la última vez que lo hicieron fue en 1980 y lo hacen por cuarta vez. En tres ocasiones se han medido y Licey ha ganado dos.
- Alguien me comentó que cuando citamos la lista de los presidentes que ha tenido el país desde entonces (1980-2023), dejamos fuera a Jacobo Majluta, quien fue presidente 40 días cuando falleció Antonio Guzmán Fernández al final de su gobierno en 1982.
- En esta final también se da el caso de que Licey ha abierto las puertas de los bleachers en forma gratuita para “llenar el play”. Eso ocurre ante la inseguridad de una buena asistencia porque el “enemigo” de la ocasión son las Estrellas, no las Aguilas. ¿Se entiende eso? Y dirían los directivos azules que prefieren el play lleno a parcialmente vacío. Ayer el estadio estuvo lleno.
- Contrario a eso, el Tetelo Vargas, de San Pedro de Macorís, estuvo lleno para el segundo juego la noche del sábado (aunque Licey ganó). Eso significa que hay mucho entusiasmo en la Sultana del Este, mientras estén ganando. Por cierto, las Estrellas ganaron sus últimos 5 juegos del round robin y también el primero. El año pasado, cuando estuvieron en la final y perdieron ante los Gigantes, habían ganado sus últimos 7 y también el primero.
- Los equipos tienen aprovechamiento limitado de lo que significa hoy día las redes en sus distintas vertientes. ¿A qué me refiero? Por ejemplo, el sábado Licey ganó y no tenía un equipo de periodistas y cámaras tomando cortes para sus héroes, y subirlas a sus propias redes. Se limitan a las imágenes del juego, y todo bajo la excusa de que ellos no hacen “pos juego” cuando están en la ruta. Eso es relativo porque deberían hacerlo al menos cuando ganen. Ese mismo día, las Estrellas perdieron y tuvieron una larga conferencia con el manager Fernando Tatis, la cual subieron para todos.
- La prensa está atenta a ver si en la final también permiten el uso de camisetas iguales en los uniformes (el negro), lo que se hizo una mala costumbre en el round robin. Dicen las malas lenguas que Vitelio Mejía, el presidente de Lidom, ha enviado varias circulares, pero no le hacen caso.
JUEGO CERRADO: El sábado, en San Pedro, Licey venció 8 por 3, y pocos podían pensar que el partido del domingo, en la capital, sería un cerrado duelo de 1-0. Esmil Rogers, de los azules, encabezó a cinco lanzadores para limitar a los verdes a 5 hits, aunque otorgaron 3 bases por bolas. El pitcher oriental, Domingo Robles, estuvo muy bien, pero en el cuarto aceptó doble de Sergio Alcántara que remolcó a Mel Rojas jr.,. desde segunda, y esa sería la única vuelta del partido. Alcántara tenía de 9-0 en la serie, con 5 ponches.
El especialista en hacer sufrir, Jairo Asencio, esta vez estuvo perfecto retirando la oposición de 1-2-3 en el noveno. Licey está delante 2-1, y este martes va el cuarto choque, en el Tetelo Vargas de San Pedro. Recuerden que la serie es a 7-4, no 9-5 como antes.
LOS FIRMADOS: El joven Nelfin Celestén, de padre haitiano y madre dominicana, nacido en Guaymate, La Romana, fue el mejor bonificado en la firma de peloteros de MLB. Los Marineros de Seattle le pagaron US$4.9 millones, pero el receptor venezolano Ethan Salas recibió US5.6 millones de San Diego para ser el más caro. Casi 50 millones de dólares se repartieron en esta primera jornada, pero en las próximas semanas habrá mucho más. San Diego ahora es el más rico de MLB y reparte millones entre sus estrellas y sus futuros.
DE MLB: Anote a Juan Soto con 23 millones de dólares para el 2023. Soto ganó 17.1 millones el año pasado y será agente libre luego del 2024. Eso, si es que los Padres no lo firman a largo plazo, digamos 12 años, antes del final de la próxima campaña. Soto apenas tiene 24 años de edad. Los Nacionales de Washington firmaron a Elian Soto, hermano de Juan Soto, por 225 mil dólares. Poco dinero, en el marco del gran mercado, pero ellos confían en el joven prospecto… También firmó por poco dinero otro hijo de Vladimir Guerrero, se llama Pablo y juega los jardines y la antesala.. Firmó para Texas Rangers… Su hermano mayor, Vladimir Jr. evitó el arbitraje con Toronto firmando por US$14.5 millones. Lo mismo hizo el inicialista Pete Alonso, de los Mets, por igual suma. Son atletas super millonarios, que tan solo deben dedicarse a su juego y divertirse produciendo.. ¿Qué otra cosa pueden hacer?. Ya no tienen aspiraciones económicas. El dinero les sobra.