Béisbol

Ramón Hernández devuelve estabilidad a la primera base del Licey

Foto de Ramón Hernández. Foto: Licey Prensa.

Ramón Hernández ha encarnado el papel de electricista para los Tigres del Licey, proveyendo de alumbrado a una oscura posición como había sido la primera base para el equipo y aferrándose a todo dar a su oportunidad por ser titular.

Hernández tuvo que esperar hasta el 18 de octubre para hacer su primera aparición en la novena inicial de los azules, sirviéndose de las molestias en las rodillas que afectaron a Triston Casas hasta el punto de concluir su participación. Y como reza aquel popular refrán: la mala suerte de uno es la oportunidad del otro.

Desde entonces, el bateador derecho ha logrado participar en 137 turnos al bate, cosechando fructíferos resultados como han sido sus 12 conexiones de extrabases, 24 carreras empujadas y 17 anotadas, así como una reluciente línea ofensiva de .285/.353/.438, lo que ilustra su buen desempeño para producir batazos de poder y conseguir un número considerable de bases por bolas.

La consagración de Hernández ha sido una total bendición para el Licey, quien además de ser el cuarto bate de todos los días en la alineación del conjunto, indistintamente les proporciona la estabilidad de un inicialista que pueda aportar de forma positiva a la franquicia.

En los últimos años, las actuaciones en la primera base para los añiles había sido un total dolor de cabeza, posición sumergida a resultados para el olvido y sin presentar una opción lo suficientemente clara a futuro.

Las oportunidades de titularidad rodeaban las figuras de Hanley Ramírez y Carlos Franco en primer plano, mientras otros como el caso de Yermin Mercedes o Michael De La Cruz, originalmente receptores, gozando de tiempo de juego de forma esporádica.

Este desequilibrio ha tomado fin con el surgimiento de Hernández, un pelotero que tan solo había agotado 12 oportunidades al bate para los Tigres con anterioridad.