"Brasil está maduro": fanáticos descartan una derrota ante Serbia

"No (hay chances de que nos pase lo mismo que a los argentinos). Brasil está maduro. Argentina es 'Messidependiente' hace mucho tiempo", dijo una fanática

Aficionados brasileños esperan el inicio del partido de fútbol del grupo G de la Copa Mundial entre Brasil y Serbia, en el Estadio Lusail en Lusail, Qatar, el jueves 24 de noviembre de 2022. AP.

Aficionados brasileños esperan el inicio del partido de fútbol del grupo G de la Copa Mundial entre Brasil y Serbia, en el Estadio Lusail en Lusail, Qatar, el jueves 24 de noviembre de 2022. AP.

Ana Paula Morais no vacila: Brasil "está maduro" como para permitir que Serbia, siguiendo el ejemplo de Arabia Saudita con Argentina, amargue su estreno mundialista este jueves en Catar.

Vestida con la camiseta alternativa de la 'Seleção', la azul-púrpura, esta abogada de 56 años culminará el viernes temprano un viaje de vacaciones que la llevó por Tailandia, Singapur y Malasia.

Su última escala es Doha, con la parada expresa para ver el debut de Neymar y compañía en el estadio de Lusail (22H00 locales, 19H00 GMT).

"No (hay chances de que nos pase lo mismo que a los argentinos). Brasil está maduro. Argentina es 'Messidependiente' hace mucho tiempo. Brasil no, hoy en día Brasil no solamente tiene a Neymar, tenemos un equipo", dice antes de ingresar al despampanante recinto deportivo.

Morais, que vive en Sao Paulo, verá por primera vez fuera de Brasil un partido de los pentacampeones, favoritos al título en la primera Copa del Mundo celebrada en un país árabe.

Sigue a la 'Canarinha' desde niña y asegura que pocas veces la vio tan fuerte. ¿La razón? Cree que el equipo de Tite aprendió de los "errores del pasado", entre ellos el doloroso 7-1 que les propinó Alemania en semifinales del torneo que organizaron en 2014.

"Estoy segura de que está Copa es nuestra. ¡Segura!", exclamó.

- Comunión con el 'scratch' -

Ver a indios o bangladesíes caminando por las calles de Doha con la camiseta 'amarela' ya hace parte del paisaje del Mundial catarí.

Sajon, un bangladesí de 27 años que trabaja para el gobierno de Catar, lleva puesta la suya con el ánimo de aportar su grano de arena en la conquista del hexacampeonato.

"Me gusta Brasil. Me gustan Neymar y todo el equipo brasileño", asegura en un inglés básico. "Vamos a ganar 3-1".

A pocos metros suyo, Milton Alejandro Castillo porta la casaca que alguna vez defendió Pelé, pero a su 'look' le agrega un toque personal que da pistas sobre su lugar de nacimiento: un sombrero 'vueltiao', típico de Colombia.

"Colombia no clasificó al Mundial, entonces nos quedan los sudamericanos. Los brasileños no van con Argentina, pero yo voy con Messi también, que quede el título en Sudamérica", apuntó.

Trabajador en una empresa de petróleo en el Caribe colombiano, este hombre de 43 años pidió vacaciones para asistir a la Copa del Mundo junto a su esposa.

Ha oído los rumores sobre la supuesta existencia de "hinchas falsos", negados tajantemente por los organizadores. Él también, basado en su historia de vida, pone en entredicho esa versión.

"Equipos como Brasil y Argentina, por su tradición futbolística, tienen muchos seguidores a nivel mundial. En Colombia, antes de la época de Carlos "El Pibe" Valderrama, yo recuerdo que mis hermanos mayores, todo el mundo, eran hinchas de Argentina y Brasil".

- Poco ruido -

Con un celular en la mano, el brasileño Leonardo Carlos graba su llegada al iluminado estadio de Lusail, donde el 18 de diciembre se disputará la final de la 22a edición de la Copa del Mundo de fútbol.

A su lado pasan otros hinchas del 'scratch', brasileños y no brasileños.

Y, de vez en cuando, algún grupito de fanáticos de la Serbia de Aleksandar Mitrovic y Dusan Vlahovic, el primero de los tres rivales que Brasil enfrentará en el Grupo G. Suiza y Camerún serán los siguientes adversarios.

Hay poco barullo, a diferencia de los ruidosos templos de la pelota en Sudamérica.

"Los estadios son hermosos, maravillosos, pero chocamos un poco con la cultura local, que dificulta un poco la fiesta, pero al final venimos a ver los partidos", dice este director comercial de 28 años. "Estamos muy optimistas con esta Copa".

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