Béisbol

REPORTAJE

Un suceso traumático ayudó a construir el gran carácter de Oliver Mármol

En 1992, la familia del hoy dirigente de los Cardenales de San Luis, recibió con dureza las embestidas del huracán Andrew

Oliver Mármol es el dirigente más joven en la actualidad en Grandes Ligas

Todavía ahora, 30 años después, Oliver Mármol es capaz de recordar perfectamente el momento más aterrador de su vida, cuando las aguas le llegaban a la altura de las espinillas, los vientos hacían temblar las ventanas y las ráfagas obligaban a su padre y su abuelo a turnarse para mantener cerrada la puerta del closet donde la familia de ocho estaba encerrada.

Luego, inexplicablemente, las cosas se pusieron todavía más feas para Mármol, el pequeño de la familia, un niño de sólo seis años en 1992, cuando el Huracán Andrew pasó por encima de Cutler Ridge y Homestead, Florida.

“Yo todavía recuerdo a mi papá viendo a mi mamá, como si estuviesen diciendo, ‘Si esto sigue mucho más tiempo, no vamos a salir de aquí’”, recordó Mármol, aún visiblemente afectado por aquel momento ocurrido hace tres décadas. “Cuando nosotros les vimos la cara a ellos, supimos lo serio que era”.

Will Mármol, el hermano mayor de Oli, recuerda algo parecido. “Cuando papá se volteó a vernos y nos dijo, ‘Más allá de lo que pase con esto, quiero que sepan que ha sido un honor ser su padre’, ahí fue cuando nos dimos cuenta de que era posible que no saliésemos vivos”, dijo Will.

Increíblemente, la familia Mármol logró salir de aquel closet del cuarto el 24 de agosto de 1992. Muchas personas del sur de la Florida no tuvieron la misma suerte. El huracán de Categoría 5, con ráfagas de viento de hasta 177 millas por hora, dejó a 65 personas muertas, destruyó más de 63,500 hogares, causó daños en otros 124,000 y dejó más de US$27.5 mil millones en destrozos, de acuerdo con un informe del año 2010 del diario Tampa Bay Times. Hasta la fecha, Andrew es uno de sólo cuatro huracanes que han tocado tierra en los Estados Unidos como una tormenta de Categoría 5.

Oliver, quien terminaría convirtiéndose en el manager de los Cardenales y el dirigente más joven de las Grandes Ligas, recuerda el horror de ver la devastación que causó Andrew en el sur de la Florida. Pero más que nada, recuerda lo que pareció ser una eternidad, las horas que pasó en el closet con sus hermanos Will, Ronny y Erik, sus padres William y Kuky, más sus abuelos Tito y Olivia Arias.

“Cuando pienso en eso, recuerdo a mi papá sujetando la manija de la puerta para evitar que se fuera volando”, contó Marmol. “(El huracán) le estaba pegando a la casa y aquello parecía que duró por siempre. Cuando la tormenta terminó, por lo que podíamos ver, no había vecindario, ni cercas, ni muchas casas de pie”.

Mármol, a quien se le entregó las riendas para liderar a los Cardenales por su madurez, quedó sin dudas marcado por el trauma y la tragedia que pasó su familia. Vio el aplomo y la gracia con los que quienes tenía alrededor pudieron hacer lo necesario y vio a su familia sobrevivir gracias a que se mantuvieran juntos.

“Fue una situación bien dura, pero la forma en la que mis padres respondieron fue increíble”, recordó Mármol. “Nadie se quejó, porque nos teníamos unos a los otros. Cuando pasas por un momento así, eso hace que sean todavía más unidos”.

Oliver, quien terminaría convirtiéndose en el manager de los Cardenales y el dirigente más joven de las Grandes Ligas, recuerda el horror de ver la devastación que causó Andrew en el sur de la Florida. Pero más que nada, recuerda lo que pareció ser una eternidad, las horas que pasó en el closet con sus hermanos Will, Ronny y Erik, sus padres William y Kuky, más sus abuelos Tito y Olivia Arias.

“Cuando pienso en eso, recuerdo a mi papá sujetando la manija de la puerta para evitar que se fuera volando”, contó Marmol. “(El huracán) le estaba pegando a la casa y aquello parecía que duró por siempre. Cuando la tormenta terminó, por lo que podíamos ver, no había vecindario, ni cercas, ni muchas casas de pie”.

Mármol, a quien se le entregó las riendas para liderar a los Cardenales por su madurez, quedó sin dudas marcado por el trauma y la tragedia que pasó su familia. Vio el aplomo y la gracia con los que quienes tenía alrededor pudieron hacer lo necesario y vio a su familia sobrevivir gracias a que se mantuvieran juntos.

“Fue una situación bien dura, pero la forma en la que mis padres respondieron fue increíble”, recordó Mármol. “Nadie se quejó, porque nos teníamos unos a los otros. Cuando pasas por un momento así, eso hace que sean todavía más unidos”.