FÓRMULA UNO
¿Encarna Verstappen el surgimiento de “una leyenda urbana”?
Todos a un lado, porque una extraña criatura se ha consolidado sobre la serpiente caliente. Este Mundial Fórmula Uno tenía un “guion pautado” distinto en sus primeros compases, a contrapelo de una competencia que dicta la era de Max Verstappen, virtualmente confirmado cuando apenas se cumple poco más del meridiano.
El neerlandés lleva un campeonato de contundencia y en condiciones sólo consignada para los inframundos: “tres pies, tres manos, tres ojos y dos cerebros”, ratificado en la prueba que cierra la competencia previo al parón de verano.
Verstappen (258 puntos) ha realizado un “come back” difícil de creer si no se le conocieran su aptitudes fenomenales, cuando incluso pareció que no tenía posibilidad ante un rival –Charles Leclerc (178)- listo para escalar a Ferrari hasta el Everest, tras sacarle a aquél una ventaja inicial de 44 puntos.
Su incontestable triunfo desde décimo en parrilla y más de ocho segundos sobre Lewis Hamilton en la reciente cita, parece más bien un filme desechado por “clavo”… ¡inverosímil!
El intempestivo número uno se ha ganado a golpazos una altísima reputación de “sobrenatural”, tal cual leyenda urbana, porque donde otros no pueden, lo hace parecer fácil. Y fue lo que sucedió en el circuito Hungaroring (Hungría) el domingo.
Implacable… siempre
Verstappen demostró el año pasado que no tiembla para matar dictadores, decapitando al histórico Hamilton (7 títulos, 103 victorias) ¡en un campeonato que le fue adverso siempre! Con 18 años, se había convertido en el más joven en ganar una carrera (2016, GP España) avisando de sus extraordinarias dotes.
El nacido en Bélgica y padre holandés nunca ha barajado pleitos, así sean a muerte (otrora archirrival lo probó), con accidentes que muy bien han podido costarle la desaparición física, tal cual su “gemelo” y mítico Ayrton Senna.
Y en este Mundial, Verstappen aún monarca tampoco le baja nada a su espíritu suicida y de éxito consanguíneo, ratificado en su legendaria remontada, a pesar que su gran aspiración en Hungría era el quinto puesto, por un trazado inhóspito para adelantamientos.
Algunos golpes de suerte, gracias a un torpe Ferrari y temeroso Leclerc, cierto que han sido parte del ancla para lo que ya asemeja un título, no obstante, labrado con rodillo.
Verstappen es capaz de rebasar hasta en 2x1 (pasar a sus rivales simultáneamente o en mismo tramo), como en la apoteosis de Hungría, lo que pone a no pocos cuestionarse: ¿es este hombre normal?
Proyecciones alucinantes
El telón lo pone un talento que no se compra en boticas. Sólo en tres ocasiones de los 13 GP´s, Verstappen despegó desde la pole position, y en cinco salió al menos tercero en la parrilla.
Verstappen tiene nueve triunfos, con cuatro saliendo tercero o más lejos en los cajones. Su barraje de victorias toma mayor magnitud porque aún resta ese mismo número de carreras, con todo y los recurrentes problemas también en Red Bull.
El Verdugo comienza a poner su sello, camino hacia la cumbre de unos poquísimos elitistas históricos.
Su proyección indica que superaría por mucho tanto a Michael Schumacher como Hamilton (más ganadores de todos los tiempos) en los renglones de mayor estándar cualitativo (incluye podios, vueltas rápidas, pole positions), cuando ya lleva 29 triunfos y un Mundial.
Si bien Verstappen se beneficia grandemente de Mundiales con mayor número de carreras, sobre la época en que el británico y el Fuher (debutaron con 22 años) cumplieron el primer lustro, lo cierto que el índice ganador del “Pequeño Senna” los supera, ni decir que ha sido por mucho el más precoz en llegar a la categoría madre (17 años).
Lo del neerlandés sencillamente parece “de otra galaxia”.