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El héroe tras Hansel Enmanuel

Hansel Salvador, su padre, le ha servido de guía, orientador, apoyo e ídolo al jugador de un brazo

Hansel Salvador, a la izquierda, junto a su hijo Hansel Enmanuel, quien comenzará su carrera en la NCAA en unos días.

A pesar de las dudas de muchos –dentro y fuera del país- ya se acerca el momento en el cual Hansel Enmanuel (2004) se convierta en el primer jugador de baloncesto que vea acción a nivel del baloncesto universitario de la NCAA con un solo brazo.

Pero además de él, con su talento, dedicación y esfuerzo, hay un héroe anónimo que lo ha acompañado en cada paso que ha dado y que le ha servido de punto de apoyo en todo momento: su padre Hansel Salvador (Kikima).

“El proceso ha sido difícil. Cuando le pasó el accidente quería que fuera pelotero para dar seguimiento a Jim Abbot (pitcher de una mano de las Grandes Ligas), pero dijo que no, que quería jugar baloncesto igual que yo y que yo era su ídolo”, recuerda Salvador, dos veces MVP del torneo superior distrital.

Fue a los seis años cuando, compartiendo con amiguitos en una visita a su abuela, al trepar a una pared en construcción la misma se derrumbó dejándolo atrapado por más de dos horas y como resultado sufrió la amputación de la mayor parte de su brazo izquierdo.

“Sabía que era más difícil, pero nunca quise matarle su esperanza y me decidí a apoyarlo, estar a su lado, orientarlo y guiarlo por el buen camino para que no cometiera los errores que cometí en el pasado”, añade el padre.

Sin embargo, el empeño de Kikima era que su hijo saliera del país ya que sabía que las cosas serían más fáciles si podía exponer su talento y pericia en mercados más grandes que el de la República Dominicana.

“Me di cuenta cuando pasaba de los 14 a los 15 años, empieza a mejorar sus habilidades. Luego en medio de la pandemia se cierra todo, pero teníamos una cancha cerca y asistíamos todos los días. Cuando me quedaba acostado él se iba solo y me sorprendía con las cosas que podía hacer”, agrega Salvador.

Es entonces cuando arrecia sus diligencias para llevarlo a los Estados Unidos y contacta a Moisés Michel, su amigo y excompañero, quien realiza las gestiones para una beca en Life Christian Academy en Kissimmee, Florida donde funge como entrenador. El éxito no se hizo esperar y sus videos en las redes sociales se hicieron virales y se multiplicaron sus seguidores en Instagram.

“Si le das una oportunidad a mi hijo va a sorprender al mundo”, fueron las proféticas palabras que Salvador dirigió a Michel a quien convenció. Promedió 26 puntos, 11 rebotes y siete asistencias mientras ayudaba a su equipo ganar el título de su división.

Su impacto en la cancha se ha reflejado en el interés de marcas que buscan asociarse con su figura como los casos de Gatorade y Banco de Reservas. Recientemente estuvo nominado para los premios Espys en el renglón de “Mejor Jugada” por una secuencia de robo de balón y donqueo en la pasada temporada.

Además hace unos días anunció su ingreso a la universidad de Northwestern State luego de recibir interés de Tennessee State, Memphis y Bethune-Cookman.

“Uno valora esto hasta el máximo. Todo esto que gracias a Dios está pasando con él. Vive conmigo desde que llegó a los Estados Unidos, se ha hecho el esfuerzo para seguir juntos. Nunca nos hemos despegado”, dijo Kikima.

SEPA MÁS

Pelota Al principio, tras el accidente, pensó que su futuro estaba en el béisbol para ser una especia de Jim Abbot dominicano.

Fuera Salvador siempre estuvo claro en que debía sacarlo del país para que sus oportunidades se ampliaran y así ha sido.

Ayuda Carlos Morales, Héctor Lapaix, Oscar Guillén, Renzo Germán, entre otros le han ayudado en el país en su formación atlética.