Olimpismo

ATLETISMO

Dominicana tuvo mayor logro histórico en Mundiales

Por primera vez gana múltiples medallas, en una letanía de hitos del “antes y después” de la disciplina, acarreados por Marileidy Paulino

Lidio Feliz y Marileidy Paulino aparecen en el primer relevo de la prueba de 4X400 metros en la final del Mundial de Atletismo.

“Por sus frutos los conoceréis”, paráfrasis perfecta que enmarca la historia. Y una gran protagonista desde ya se convierte en eslabón excepcional. Quisqueya la Bella hoy se pavonea entre lo mejor de Centroamérica y Caribe, con su descollante actuación en el Mundial de Atletismo de Oregón.

Es que República Dominicana por primera ocasión asaltó los Mundiales ´2022 con oro y plata que valen como platinos, gracias a las memorables actuaciones de sus velocistas, con un coraje competitivo propio de guerreros acorazados.

Y la modalidad de los 400 metros fue la mayor recaudadora del inédito eslabón, con la cumbre alcanzada en los relevos mixtos, acrecentando lo que ya había sido de por sí un acelerón en las Olimpíadas de Tokio (2021), un meta mensaje de la reciedumbre competitiva que avizora en esta nación de apenas 48 mil 448 kilómetros cuadrados.

Comandados por la naciente estrella Marileidy Paulino, la tropa de Fiordaliza Cofil, Alexander Ogando, Yancarlos Martínez, Lidio Féliz, Juander Santos y Ana Lucía José se pusieron el traje de los Fantásticos, para tener la mejor actuación colectiva que jamás tuvo la enseña tricolor.

Historia por paquete

República Dominicana no sólo consiguió enormes hitos, sino que lo acompañó con números y actuaciones de asombro para el planeta atlético, plasmando emociones en cada habitante tan indelebles como tinta china.

La tricolor tuvo un altísimo índice delegación-resultados, con 24 por ciento en medallas y excelente 57.0 en cuanto a finalistas, de siete atletas participantes (Luguelín Santos no accionó).

En los 400 metros fue la primera ocasión que un atleta del patio ganaba múltiples medallas en los Mundiales (Félix Sánchez sólo corría en una modalidad).

Nunca antes una mujer consiguió preseas en ese tipo de eventos, en los que Paulino se ha llevado oro y plata (individual y en mixtos).

Igualmente, República Dominicana consiguió un hito nacional de colocar dos competidores en una etapa por medallas (Cofil acompañó a Paulino en final de 400m).

El otro hito de la velocidad fue colocar un finalista en los 200m (Ogando), en una excelente actuación de quinto lugar y sólo 11 centésimas para la medalla. De hecho, antes tampoco el país había clasificado en esa modalidad.

Y para cerrar la letanía de hitos, la saltadora triple José es la primera en clasificar a cualquier evento no velocista, y amplió su hazaña como finalista en la modalidad.

Cofil y Ogando, gran salto

Capítulo aparte para dos atletas que detrás de Paulino marcan el futuro irrefutable, como Cofil y Ogando, quienes comienzan a despuntar con nombres propios, teniendo de mayores aliados a la juventud y talento que explotarán como cohetes.

Tal cual vaticinio, lo de Paulino tiene ribetes extraordinarios, amasando cuatro medallas en las mayores citas internacionales, incluyendo Tokio. Aún tendría un decenio para convertirse en leyenda, si mantiene la salud. Hizo la mayor remontada del Mundial en la modalidad que dio el oro, frente a la histórica Allyson Felix.

Cofil, de 21 años, ha sido la mayor revelación del Mundial en la modalidad, en su primer evento ecuménico, colgándose el oro (mixtos) y una actuación más que buena (6° puesto la final) en los 400m. Fue la que cerró la prueba aurífera, presionando el cansancio de su rival directa (Kennedy Simon), desde una lejana segunda posición en los relevos.

Ogando resultó otra “carta debajo de la manga” con sólo 22 años: contra todo pronóstico fue finalista, con una quinta posición impensable (13° en ranking mundial) en los 200m.

El atletismo dominicano comienza a carroñar, advirtiendo que lo mejor está por venir en el mediano plazo, con el Mundial en 2023 (Budapest, Hungría) y los Juegos de París (2024), que huelen a una ubre medallera para convertirse en la segunda potencia del Caribe.