Cristopher Morel se roba a Chicago con su electricidad cautivadora
Pareciera que cuando miramos a aquel joven de 5 pies y 11 pulgadas dándole forma a su rostro con una larga sonrisa y la marca de "ojo negro" debajo de sus pestañas, se eliminan inmediatamente palabras como tristeza de nuestras mentes, cobrando cabida otras más bonitas en el deporte como "electricidad".
Aquel joven es Cristopher Morel, nativo de Santiago, de 22 años, quien en su año debut este 2022 en las Grandes Ligas, de la mano de los Chicago Cubs, se ha robado todos los reflectores dentro del muy conocido equipo de la Liga Nacional de la acuñada "Ciudad de los Vientos".
Morel es sencillamente el prototipo que un mánager siempre querrá tener disponible en su roster, proveyendo defensa desde la segunda y tercera base, el campo-corto, o hasta el muy exigente jardín central, además de demostrar buen desenvolvimiento una vez saca el bate de sus hombros para golpear la pelota, así como poseer la suficiente velocidad para casi volar a la hora de recorrer las bases.
Solo ha participado en 22 partidos al momento en la cursante temporada del 2022 en MLB, muestra bastante corta como para analizar en definitiva su rendimiento, aunque por lo mostrado de parte del jugador de los Cubs, la ilusión de que los resultados hasta ahora se mantengan o mejoren, nace de inmediato.
El derecho ha llegado a las bases en cada partido por la vía del hit o base por bolas desde su debut el 17 de mayo hasta el momento de estas líneas, bien compilando de forma general en su temporada la frondosa línea ofensiva de .303/.388/.528, junto a tres cuadrangulares, siete dobletes, dos triples, seis bases robadas en ocho intentos, 10 carreras empujadas y 16 anotadas.
La historia de Christopher sin dudas sonroja a cualquiera, jugador que atravesó grandes vicisitudes en su niñez, las cuales en un momento casi finiquitan su sueño de beisbolista profesional.
El nativo de Santiago contó a MLB.com el momento que casi pone fin a su carrera justo al inicio de la misma historia, cuando en un viaje de Santo Domingo hacia su ciudad natal, durante una parada en una cafetería, vio una puerta de vidrio impactar su brazo y ojo izquierdo, así como su muñeca.
Los cristales le cortaron el brazo, dejándole un nervio en grave estado y una cicatriz que al día de hoy se mantiene marcada a su piel, además de casi perder el ojo.
Pero aquello fue en 2015 cuando solo tenía 16 años, hoy, a sus 22, Christopher pasó de ser un jugador de Clase A al iniciar el curso del 2022, hasta llegar a los campos de Grandes Ligas, rindiendo el mundo a sus pies y robando la atención de la fanática del béisbol por aquella energía que de forma natural le caracteriza.
El béisbol necesita más jugadores como el #5 de los Cubs.
Nota: Estadísticas hasta los partidos del viernes.