VELOCIDAD
Irrupción de Checo añade matices al Mundial Fórmula Uno
“Tanto quiso el Diablo arreglar a su hijo, hasta que lo desnucó”, y Max Verstappen –igual Red Bull- iría rumbo a convertirse en otra de esas víctimas, tras una escalada inesperada del escudero Sergio –Checo- Pérez, con sus últimas presentaciones “de mal agüero”, al entrar de lleno por el título de pilotos en Fórmula Uno.
Porque los números indican que Verstappen también tendrá pleito a muerte contra el tapatío, como si fuese poco tener entre ceja y ceja a Charles Leclerc, de Ferrari. Es una situación que Red Bull (RBR) no podía calcular, aunque sí prever con la “raya de Pizarro”, cuando el año pasado fichó al escolta del ahora campeón.
Hace dos semanas Checo se quejaba de que Red Bull dio orden de equipo de dejar pasar al líder-monarca, a pesar que el primero hacía una carrera impecable, rumbo a ganar su primer GP este año, pero como es lógico la prevalencia será siempre para el piloto número 1.
Los antecedentes no distan en el tiempo. Apenas en 2016, Lewis Hamilton y el escolta Nico Rosberg se enfrascaron en una de las luchas más encarnizadas por el título, en la que el alemán prevaleció, en una de las mayores sorpresas en la historia de la categoría. Fue tal rompimiento, que el campeón prefirió retirarse ante el asombro del planeta velocidad, y al día de hoy siguen sin hablarse.
Y otra de las grandes enemistades provocadas por la serpiente asfáltica, incluso hasta el día de su muerte, el tetracampeón Alain Prost y la leyenda Ayrton Senna.
Red Bull, que le renovó hasta 2024 previo a Mónaco, trajo a Checo únicamente como gran escudo de rivales directos de Verstappen, quien recibió una extensión histórica (350 millones hasta 2028), pero ahora aquello podría convertirse en la espada de Damocles.
RBR, potencial caldera Cuando Checo fue obligado a entregar la punta a Verstappen, quien necesitaba los puntos para superar al líder Leclerc –tuvo que abandonar carrera-, fue claro su desaguisado, quejándose de que era “muy injusto”, no obstante de que acataba la orden por bien del equipo.
La escudería austríaca tuvo que emplearse a fondo para tranquilizar el ambiente a priori. La victoria de Checo en Mónaco, unida a la que debió conseguir sin apuros en España, hoy tendría a tres pilotos bailando con solo un punto de diferencia entre sí.
A pesar de todo, el Campeonato tiene al neerlandés (125 puntos) con apenas nueve sobre Leclerc y quince contra Checo, diferencias muy endebles cuando aún restan dos tercios de carreras (15).
Desde ahora esa pugna será el mayor peligro de compactación en los de Milton Keynes, porque Checo no querrá aceptar otra imposición sabiéndose con tanto chance como su coequipero de ganar el título. Busca mucho más, viniendo de ser notablemente el segundo mejor escudero desde el 2021.
Pero Verstappen, sin dudas la cara de la Fórmula Uno, tampoco aceptará sombras. El mayor ejemplo fue Hamilton: siempre impuso como su escolta a Valtteri Bottas, sin talento necesario ni carácter para rebelarse ante órdenes de equipo. ¡Ése no es Checo!
Ahí se erigirá poco menos que la gran Babel. Falta ver si Red Bull será capaz de manejar una situación que lejos de beneficiarle, terminaría costándole “más la sal que el chivo”, toda vez que el neerlandés entonces pedirá salida forzosa, estipulada en el mega contrato.