Conozca a Alyssa Nakken, la primera mujer en ser entrenadora en un campo de Grandes Ligas
Nakken entró a entrenar a la primera base de los Gigantes en la tercera entrada después de que Antoan Richardson fuera expulsado
Alyssa Nakken estaba trabajando duro en la jaula de bateo, a pocos pasos del banquillo, cuando de repente llegó la llamada: los Gigantes de San Francisco la necesitaban para ser la entrenadora en primera base.
Rápidamente se quitó la sudadera, cogió su camiseta con el número 92 y encontró un casco de bateo de color naranja brillante.
Unos minutos más tarde, Nakken hizo historia en las Grandes Ligas como la primera mujer entrenadora en el campo en un partido de la temporada regular, cuando ocupó su lugar el martes por la noche en una victoria por 13-2 sobre San Diego.
"Creo que todos somos inspiraciones haciendo todo lo que hacemos en el día a día y creo que, sí, esto tiene un poco más de peso debido a la visibilidad, obviamente hay una naturaleza histórica. Pero, de nuevo, este es mi trabajo", dijo.
Nakken entró a entrenar a la primera base de los Gigantes en la tercera entrada después de que Antoan Richardson fuera expulsado.
Cuando fue anunciada como la sustituta de Richardson, Nakken recibió una cálida ovación del público en el Oracle Park, y un apretón de manos de felicitación del primera base de los Padres de San Diego, Eric Hosmer.
"Ahora mismo en este momento mientras reflexiono, reflexiono que alguien necesitaba salir, necesitábamos un entrenador para entrenar la primera base, nuestro entrenador de primera base fue expulsado, he estado en el entrenamiento como entrenador de primera base durante los últimos años y trabajo junto a Antoan (Richardson), así que entré para lo que he sido contratada, que es apoyar a este personal y a este equipo", manifestó Nakken.
El Salón de la Fama del Béisbol también estaba preparado. Su casco ya está de camino al museo en Cooperstown, Nueva York.
El capataz de San Francisco, Gabe Kapler, dijo que Nakken se había "preparado para este momento" mientras trabajaba con Richardson y otros.
"Así que no es un lugar extraño en el campo para ella. Ella hace muchas otras cosas bien que no se ven", destacó Kapler. "Así que es agradable verla en el centro de atención y hacerlo en el campo".
Nakken es una entrenadora asistente que trabaja mucho con el corrido de bases y la defensa del campo. Ve los partidos desde una jaula de bateo cubierta, cerca de los escalones del banquillo, y mantiene una camiseta de los Gigantes cerca, por si la necesita.
Y en un instante, el martes por la noche la necesitó.
Nakken, de 31 años, saltó al campo cuatro días después de que Rachel Balkovec se convirtiera en la primera mujer en dirigir una filial de ligas menores de un equipo de las Grandes Ligas. Dirigió el club de Clase A de los Yankees de Nueva York, Tampa, a una victoria en su primer partido.
Nakken había dirigido previamente la posición en los entrenamientos de primavera y durante un partido de exhibición en julio de 2020 en Oakland contra el actual mánager de los Padres, Bob Melvin, cuando éste era el entrenador de los Atléticos.
Volvió a comandar la primera base una noche después contra los Atléticos en San Francisco, mientras los equipos se preparaban para la temporada retrasada por la pandemia.
"Sientes un sentimiento de orgullo por estar ahí fuera", dijo Nakken en ese momento. "Para mí, personalmente, es el mejor lugar para ver un partido, eso es seguro".
La exestrella del softbol de la universidad Sacramento State, cuya trenza rubia colgaba de su casco protector naranja, se convirtió en la primera mujer entrenadora en las Grandes Ligas cuando fue contratada para el personal de Kapler en enero de 2020.
En Sacramento State, de 2009 a 2012, Nakken fue tres veces jugadora de la conferencia en primera base y cuatro veces Academic All American.
Ella pasó a obtener una maestría en gestión deportiva de la Universidad de San Francisco en 2015, después de hacer una pasantía en el departamento de operaciones de béisbol de los Gigantes un año antes.
Desde el primer día con los Gigantes, Nakken aceptó su papel como ejemplo para las niñas y mujeres, de que pueden hacer cualquier cosa.
"Es algo grande", dijo. "Tengo un gran sentido de la responsabilidad y siento que es mi trabajo honrar a los que me han ayudado a estar donde estoy".