El Deporte

ANÁLISIS

Sobre una posible expansión en la Lidom

Vista panorámica del emblemático del Estadio Quisqueya Juan Marichal.

Luichy Sánchez PeraltaSantiago

Para que a partir de 1955 empezara a desarrollarse la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom), el inicio del béisbol nocturno, fue necesario que se construyeran los estadios existentes hoy en Santo Domingo (el Quisqueya Juan Marichal, inaugurado en 1955), Santiago (el Cibao en 1958) y San Pedro de Macorís (el Tetelo Vargas en 1959), todos con otros nombres en esos años de la tiranía.

Del mismo modo, para que a partir de 1975 pudiera desarrollarse la otrora Liga de Verano del Cibao (lamentablemente desaparecida unos 11 ó 12 años después), la de más nivel que ha existido en nuestro país después de la Lidom, se necesitó el surgimiento de los estadios de La Vega (el Olímpico en 1975), San Francisco de Macorís (el Julián Javier en 1976, que hoy es hogar de los Gigantes del Cibao) y Puerto Plata (el José Briceño en 1978).

La construcción del estadio de La Romana (el Francisco Micheli de hoy) a finales de los años 70 fue la base para perseguir la franquicia de los actuales Toros del Este. Para dar nacimiento a los Gigantes del Nordeste (hoy “del Cibao”) fue necesaria la reparación del parque Julián Javier en 1996.

En la actualidad, se conoce sobre un nuevo interés (ya había existido antes) en Puerto Plata por tener un equipo en la Lidom. Para pretender y sustentar una franquicia en esta entidad es fundamental, entre otras cosas, la existencia de un estadio adecuado, con las exigencias de MLB, ya sea con la reconstrucción por el Estado dominicano del José Briceño o con la construcción de un nuevo parque en otro lugar, esto último con inversión privada local o con la participación de inversionistas extranjeros.

Lo cierto es que, igual como lo fue en el verano de aquellos años 70-80 (vivimos esa experiencia), Puerto Plata es un magnífico lugar para un equipo de béisbol profesional, ahora con mucho mayor población y crecimiento económico, tanto en la provincia como en sus alrededores.

En el 2021 nos referimos a un nuevo panorama favorable que se presentará en la Lidom con la posibilidad de que más de 100 jugadores jóvenes (incluso, podría llegar a unos 150) queden agentes libres en el sorteo de novatos de septiembre de este año.

Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, hay muchas cosas por precisar. Por ejemplo, el cumplimiento de requisitos exigidos por la Lidom (que deben ser razonables y adecuados, no exagerados) y si una nueva expansión sería llevando la entidad a 7 u 8 equipos. Ya sabemos que entre los años 80 y 90 se jugaron 8 campeonatos con 5 equipos.

Con este tema siempre sale a relucir el manoseado “estudio de factibilidad”, el cual no existió cuando la traumática expansión impuesta por ley en 1983 (lo que hoy no es posible, porque en el 2005 una sentencia de la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucional la facultad del Congreso Nacional imponer socios a una entidad privada, en este caso la Lidom), todavía con efectos negativos.

Ignoramos si lo están visualizando, pero los actuales equipos del Cibao necesitan aunar intereses para que esa potencial expansión, ya sea con 7 u 8 equipos, se produzca en su región. Y ojalá lo hagan a tiempo. Entendemos que esto se vea utópico, igual que en los años 70, pero el futuro se impondrá, tarde o temprano.

Es propicia la ocasión para reiterar nuestra tesis de que el mejor futuro de la pelota otoño-invernal está en el verano, es decir, en el regreso de una liga veraniega como existió en el Cibao entre los años 70 y 80, pero volvemos al punto inicial, se necesitan estadios adecuados..... y visionarios del béisbol.

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