Llegó el Big Papi

Los periodistas de la BBWAA no perdieron tiempo para reconocer el legado de David Ortiz, y eso es motivo de celebración para todos los dominicanos. Big Papi será el cuarto los nuestros con una placa en Cooperstown.

Y no es para menos. La llegada de Ortiz a Boston provocó un cambio de cultura, no sólo en el equipo, también en una ciudad que sigue con fervor su franquicia y había sufrido una decepción tras otra desde 1918.

Sin David, probablemente la famosa “maldición del Bambino” no termina. Cuando los Medias Rojas enfrentaban un déficit 0-3 en la Serie de Campeonato de 2004 contra los Yankees luego de perder el tercer partido 19-8, él los mantuvo con vida con su cuadrangular decisivo en el duodécimo capítulo del juego cuatro.

Al día siguiente, el mismo Big Papi llevó la serie de regreso a Nueva York con el hit ganador en el décimo cuarto inning. En el séptimo partido, cuando era importante acallar temprano a los fanáticos de los Yankees, Ortiz se fue para la calle en la primera entrada para dar a su equipo una ventaja que jamás perdió.

Allí comenzó la historia. Y de ahí en adelante, las grandes actuaciones en el “clutch” se multiplicaron, probablemente alcanzando la cúspide en la Serie Mundial de 2013, cuando Ortiz se fue de 16-11 y tuvo promedios de .688/.760/1.188 con un par de jonrones y seis remolcadas, además de ocho bases por bolas. El hombre básicamente llegó a base en cuatro de cada cinco apariciones en ese clásico.

Increíble. Especialmente cuando pensamos que Ortiz llegó a los Medias Rojas gracias a una recomendación de Pedro Martínez, luego de ser dado de baja por los Mellizos de Minnesota. Quienes veíamos a Ortiz brillar en el béisbol invernal nos preguntábamos en qué estaban pensando los jerarcas de esa organización. El tiempo nos dio la razón.

A pesar de llegar a Boston con 27 años, el toletero escribió una historia que lo convierte en uno de los principales jugadores de la franquicia de todos los tiempos.

En 14 temporadas con el número 34 de los Medias Rojas, promedió .290/.386/.570 con 34 cuadrangulares, 109 remolcadas y 37 dobles por estación. Y ni hablar de lo que hizo en post-temporada. Grande el Big Papi.