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Lesiones y COVID-19 inciden en fecha límite para cambios

El alero de los Lakers de Los Ángeles LeBron James intenta pasar el balón mientras lo defiende Jordan Clarkson del Jazz de Utah en el encuentro del lunes.

El alero de los Lakers de Los Ángeles LeBron James intenta pasar el balón mientras lo defiende Jordan Clarkson del Jazz de Utah en el encuentro del lunes.

LeBron James se disculpó en redes sociales con los aficionados de los Lakers tras una reciente derrota desigual.

Y lanzó una promesa: “... ¡seremos mejores!”

Hoy por hoy, James y los Lakers se encuentran en posición para competir por un lugar en el mini-torneo al cabo de la campaña regular. No es lo ideal, por supuesto.

Realmente, la consigna de todo equipo esta temporada es clasificarse a los playoffs a toda costa.

Dadas las lesiones de varias estrellas y la incertidumbre cada hora debido al coronavirus, mantenerse saludables antes de la postemporada más que nunca debe ser la prioridad.

Esta es la razón más importante de por qué la fecha límite de canjes de la NBA — el 10 de febrero — podría presentar un dilema para los gerentes generales. La tabla de posiciones no sirve como barómetro.

Imagínense estos escenarios: Jamal Murray reencontrándose con Nikola Jokic — reinante MVP de la liga — y los Nuggets de Denver a tiempo para buscar la postemporada. O Victor Oladipo en Miami, si sigue mejorando tras su operación en la pierna que lo ha dejado fuera casi todo el año. O quizá, los Clippers de Los Ángeles recuperando a Kawhi Leonard.

Consideren el impacto de Anthony Davis en la alineación de los Lakers.

Cualquiera o alguno estos escenarios podría alterar el panorama.

Lo más prudente sería no amilanarse viendo la tabla de posiciones, como lo hace el entrenador de los Nuggets Michael Malone.

“Hemos sufrido por culpa de las lesiones. Hemos sufrido por el COVID. Pero no estamos llorando”, dijo Malone. “Esta es la realidad y hay que lidiar con ella”.

Recientemente, Klay Thompson reapareció con Golden State tras una ausencia de poco más de dos años y Kyrie Irving finalmente debutó con Brooklyn, después de meses de incertidumbre por no vacunarse. Ahora, los Nets no contarán con Kevin Durant por un tiempo indeterminado debido a un esguince en el ligamento colateral de la rodilla.

Lo que se ha aprendido en recientes campañas es que carburar en el momento idóneo eclipsa la preclasificación. Las finales de conferencia del año pasado enfrentaron al segundo y cuarto cabezas de serie en el Oeste y al tercero y quinto en el Este. Una temporada antes, Miami, el quinto sembrado, llegó a las Finales. En 2018 James llevó a Cleveland, cuarto sembrado, a la serie por el título.

Entonces si un equipo como los Nuggets o los Clippers no tienen la posición deseada a tiempo para la postemporada, ciertamente esos equipos cambiarían la oportunidad de abrir la temporada en casa por tener a estrellas como Murray — posiblemente incluso a Michael Porter Jr. — o Leonard de regreso y listos.

“El día a día es realmente el mantra con el que tenemos que vivir”, advirtió Malone.

Los Nuggets recientemente reflexionaron sobre cómo esta temporada podría representar un reto mayor que las dos anteriores.

Desde luego, la burbuja en la postemporada fue algo difícil debido al largo aislamiento.

La temporada pasada fue un reto en cuanto a sortear todos los protocolos.

Pero esta temporada — que ya superó el punto medio — podría tener otro nivel de complejidad debido a la incertidumbre. En el momento en el que un equipo encuentra consistencia y ritmo, un jugador clave — o el entrenador — ingresa a los protocolos de salubridad.

Los Clippers se mantienen en la pelea para disputar el mini-torneo en el Oeste. El retorno de Paul George o posiblemente de Leonard podría ser impulso que necesiten para volver a las finales de conferencia.

O podrían convertirse en vendedores en el límite de canjes.

En Portland, el entrenador novato Chauncey Billups ha tenido un bautismo muy azaroso. Ha tenido que lidiar con las lesiones de sus dos máximas figuras, los escoltas Damian Lillard (cirugía por una lesión abdominal) y CJ McCollum (pulmón colapsado).

“Este año ha sido una locura”, dijo Billups, quien recuperó a McCollum en la victoria contra Orlando la noche del lunes y que mantuvo a los Blazers en la décima plaza del Oeste. “De locos, pero me ha permitido ser un mejor entrenador”.

En resumen: todo es cuestión de seguir resistiendo.

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