TRIPLE TEAM

Por un comisionado nacional de básquet

El exitoso año de regreso para el baloncesto local en el 2021, tras un casi inactivo 2020, fue empañado lamentablemente por un par de incidentes que involucraron a prominentes jugadores de la selección nacional.

Luego de desarrollarse con un nivel organizativo que rayaba en la excelencia, en la última fecha de los torneos de La Romana y La Vega, una vez más el fantasma de la violencia salió a asustar a los amantes del deporte del aro y el balón.

Si bien es cierto que no se puede atribuir al baloncesto en sí ser el causante de estas actitudes, lo cierto es que hay que tomar las medidas necesarias para que no sean tan recurrentes estas acciones que afean el espectáculo, ponen en riesgo vidas de inocentes y dan caldo de cultivo a los enemigos gratuitos que siempre ha tenido este deporte.

Tal vez haya que pedir ayuda y asesoría en ese sentido al amigo César Saint Hilaire, quien lidera el grupo que encabeza la organización del torneo superior de Santiago Rodríguez, un verdadero ejemplo de urbanismo y buenas costumbres, a pesar de la cerrada competencia que año tras año se registra en esa justa.

De todas maneras , la Federación Dominicana de Baloncesto (Fedombal) debe contar con un mecanismo que le permita supervisar de manera cercana los torneos desde la Liga Nacional hasta que se organice en el más lejano municipio del país.

Una idea sería poder contar con una especie de “comisionado”, una persona cercana al baloncesto, un exjugador o exentrenador o podría ser un integrante del ministerio público o alguien reconocido y respetado en cualquier área del saber y que tome la responsabilidad de ser un observador (como en las elecciones de los países), pero que sea proactivo y tenga el poder de hacer sugerencias a los organizadores, que a veces por estar muy atareados pasan por alto pequeñas cosas que se pueden convertir en grandes.

También la Fedombal debe imponer un régimen de consecuencias. Suspensiones, multas, castigos, etc. Recordamos lo ocurrido con Felipe López en Santiago. Si no recibió ninguna sanción, ahora no hay calidad moral para hacerlo con Víctor Liz o Miguel Esquea en La Vega o con Brandone Francis o Juan Pablo Montás en La Romana.