CON LOS CAMPEONES

Virgil pensó en irse a Japón

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Mario Emilio GuerreroSanto Domingo

Con miras a la temporada de 1963, Osvaldo Virgil fue contactado por varias organizaciones, pero como no le daban seguridad de que jugaría en las Grandes Ligas, prefirió quedarse con los Orioles de Baltimore.

En febrero, directivos del conjunto Dragones de Chunichi, de la liga de béisbol de Japón, se acercaron al jugador dominicano interesados en sus servicios. Virgil se sentía muy desencantado del béisbol estadounidense, pues pensaba que nunca se le había dado la oportunidad real de establecerme en las Ligas Mayores y sopesó la idea de explorar nuevos horizontes.

Se reunió con los directivos del equipo nipón, escuchó su propuesta y comenzó a ponderar los pros y los contras de marcharse al béisbol asiático. Sin embargo, su familia no estuvo de acuerdo, además de que la compensación económica que pedían los Orioles para dejarle libre complicó su posible contratación.

Finalmente, las negociaciones se cayeron y Virgil se quedó en Rochester (sucursal de los Orioles) para una nueva campaña en triple A, pues no tenía otra alternativa mejor. Virgil confiaba en que si le iba bien Baltimore le subiría a las Grandes Ligas, como había sucedido en otras ocasiones, pero para su gran decepción no fue así y permaneció toda la campaña en las menores.

Ese año nuestro protagonista tuvo un buen desempeño ofensivo, bateando todo el tiempo por encima de .300 y concluyó con promedio de .307. No fue promovido a las Grandes Ligas ni siquiera en el mes de septiembre cuando los rosters de los equipos se expanden a 40 jugadores y a pesar de que el intermedista regular, Jim Adair finalizó con un bajo average de .228, lo mismo que el utility Bob Saverine que bateó .234 y el cátcher Charlie Lau, quien tuvo promedio de .188.

Una hazaña que hay que destacar en la campaña de ese año es que Virgil tuvo una racha de 18 juegos consecutivos conectando de hit, desde finales de julio hasta principios de agosto, que fue la más extensa de su carrera.

En el conjunto de Rochester fue líder en hits y vueltas producidas, segundo en partidos jugados, apariciones en el plato, turnos oficiales y carreras anotadas; tercero en dobles, cuarto en triples y quinto en jonrones y promedio de bateo. Además de jugar en la tercera base, también vio acción en algunos partidos en los jardines. (Tomado del libro Yo, Virgil, Mi Historia).