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Oro olímpico coloca a Xander Schauffele en la élite del deporte

El estadounidense Xander Schauffele celebra su medalla de oro en Tokio 2020, el domingo 1 de agosto de 2021, en Kawagoe, Japón.

Los trofeos más importantes del golf suelen ser plateados y verdes. Xander Schauffele lo sabe bien, porque ha estado lo suficientemente cerca de ellos para soñar con ganarlos.

Nadie dudó de sus habilidades o cuestionó por qué ha rondado los primeros 10 lugares del mundo durante casi tres años. Lo único que le faltaba era ese triunfo decisivo.

La medalla de oro que cuelga de su cuello lo cambia todo.

“Necesitaba dar ese paso”, dijo Schauffele, y fue lo que hizo el domingo ante tanta presión como nunca antes en su vida. Empatado en la cima con dos hoyos por jugar, embocó un birdie de 6 pies en el 17 y luego firmó un par en el hoyo final para asegurar una victoria por un golpe.

Con ello, avanzó al cuarto lugar del escalafón mundial.

Fue su quinta victoria, pero la primera vez partiendo desde el liderato en la ronda final. Y puso fin a una sequía de casi 18 meses, que se remontaba a su primer torneo de 2019.

Quedó segundo, detrás de Tiger Woods, en el Masters de 2019. Padecía de influenza y de igual forma llegó a un playoff meses más tarde ante Rory McIlroy en Shanghái.

Para un deporte que ha tenido campeones de majors de todos los continentes en los que se practica el golf, el nuevo campeón olímpico es un excelente ejemplo del aspecto internacional del golf.

Su madre es de Taiwán y creció en Japón, y Schauffele tiene abuelos en los dos países. Su padre es alemán de ascendencia francesa y austriaca.

“Soy el único estadounidense por nacimiento en mi familia”, dijo Schauffle, quien nació y creció en San Diego. “Al ser tan internacional, aprendí de muchas culturas distintas y me hizo entender muchas culturas. Creo que si todos tuvieran la capacidad para viajar más y experimentar otras culturas, estarían más abiertos a llevar una mejor convivencia”.