MUJERES DE GRANDES LIGAS

"Alerta"

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Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

Los vehículos de hoy tienen una tecnología instalada que ayuda al conductor a mantenerse alerta en cualquier situación. Si las gomas del vehículo tocan los ‘ojos de gato’ en las carreteras el volante tiembla, si otro carro se acerca demasiado se activa un sensor, si se da un frenazo fuerte el cinturón de seguridad se adhiere al conductor; todo en pro de levantar alertas y anticipar y prevenir un riesgo o situación.

Así como las casas automotriz instalan este sistema de alertas, así mismo Dios lo configuró en la persona del atleta. Hay alertas que provocan tembladera, apretones, sensores, todo con el fin de que no se salga de su carril. Pero si las alertas son ignoradas, apagadas y evadidas los daños directos y colaterales se verán venir.

Cuando el conductor siente que va en un vehículo muy seguro tiende a querer ponerlo a prueba y arriesgarse a ver que tanto acelera. El atleta profesional es igual. El talento, la fama, las oportunidades, hacen que sienta una potencia, una adrenalina y una sensación de inmortalidad que impide que se midan consecuencias y se respeten los límites de velocidad. La mucha atención, las muchas ofertas, el mareo de los likes, los views, y todo el paquete mediático que un atleta profesional enfrenta grita ALERTA por doquiera. Amerita un conductor con mucha sobriedad y con mucha cabeza para poder manejar, pilotear, capitanear tanta potencia en un solo cuerpo mortal.

La adrenalina es un impulso momentáneo que puede provocar daños eternos y de mucho dolor y arrepentimiento. Los atletas vienen con sus sistemas de alerta aunque ellos ignoren cuando se activan y suenan. A veces el sistema suena y el atleta ni cuenta se da, pero muchas alertas suenan como ese pana que siempre te dice lo que no quieres escuchar, esa madre que no deja de repetirse, ese caso que le pasó a tu roomie y casi te salpico a ti. Las alertas siempre estarán, es parte del sistema de justicia de la vida para que no aleguemos que no tuvimos una salida ante cualquier situación difícil y cuesta arriba.

“El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño.” Proverbios 22:3