Tras el milagro en los Balcanes

Con un margen de error cercano al cero, los 12 quisqueyanos valientes salen al ruedo tras la conquista de la que sería, sin dudas, la más grande hazaña en el historia del baloncesto dominicano.

Nunca el himno nacional ha sido entonado antes de un partido de este deporte en unos Juegos Olímpicos y eso es precisamente lo que estarán buscando los muchachos de Uribe, Melvin y Maíta.

Se antoja por demás una “misión imposible” por las bajas sufridas en el batallón, además de los obstáculos que presenta el torneo que tendrá como escenario la ciudad de Belgrado, capital de Serbia.

Los partidos de clasificación serán hoy frente al dueño de casa y el día primero frente a Filipinas. La meta es avanzar a las semifinales que enfrentarán a los dos mejores de cada grupo.

Del otro lado ya se han clasificado Puerto Rico e Italia ya que el covid-19 atacó al equipo de Senegal y no se le permitirá ver acción en la justa.

Por lo menos se saldrá del “trago amargo” el primer día, lo que deja el desafío ante los filipinos como el más importante de esa ronda.

Si se cumple con el triunfo ante Filipinas seguirá el cruce con boricuas o italianos. Ninguno tampoco cuenta con todas sus armas, pero no dejan de ser rivales de consideración.

En caso de escalar hasta esa etapa y pasar la prueba lo más seguro es que los serbios estarán esperando del otro lado.

Es difícil, muy difícil. Prácticamente hay que jugar perfecto, dominar los fundamentos, minimizar los errores, superar equipos de mayor estatura y tradición. Y además tener mucha suerte. Ojalá que se realice el milagro.