Yenebier Guillén, una madre ejemplar
EL BOXEO HA PASADO A UN 2DO PLANO DESDE QUE YENEBIER GUILLÉN TUVO A SUS DOS HIJOS CON JEISON ROSARIO. “DESDE QUE LE SIENTO UNA GRIPECITA LO DEJO TODO”.
Durante mucho tiempo, por sus incesantes compromisos con el boxeo y con el país, Yenebier Guillén postergó el gran deseo que tenía de ser madre.
La medalla de oro que obtuvo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe “Veracruz 2014”, ni las de plata que alcanzó en los Juegos Panamericanos “Guadalajara 2011” y “Toronto 2015” dejaron henchido su pecho por la emoción .
Sin embargo, para nada comparable con las sentidas cuando dio a luz a Jeiniel, su primogénito de dos años y ocho meses, ni a Yeibier, la chichí de apenas un año, ambos procreados con el también pugilista Jeison –Banana— Rosario.
“Antes de tenerlos se piensa, pero después que uno tiene sus hijos,oye esa es la bendición más grande que Dios le permite a una mujer”, expresa la mejor pugilista olímpica dominicana de la historia.
”Realmente es algo que da una gran felicidad, es inexplicable, pero muchas veces uno se cohíbe de eso”, resalta la hoy boxeadora profesional de 34 años de edad.
“Luego que esas bendiciones están ahí es algo maravilloso. Yo no me arrepiento de haberlos tenido. Muchas veces he dicho ´si lo hubiese sabido lo hubiera tenido antes ´, pero llegaron en el momento indicado, con la persona indicada. El tiempo de Dios es perfecto”.
Como ahora el proyecto de la familia desplazó el boxeo en el orden de las prioridades, sus días en el rudo deporte, que comenzó cuando tenía 19 años, un día que decidió cambiar el guante de softbol por el del llamado “Arte de Fistiana”, sus días en el cuadrilátero parecen estar contados.