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Fútbol

BALOMPIÉ

Jos, la ciudad de Nigeria que acude al fútbol para aliviar las tensiones religiosas

Patience Football Club, uno de los equipos conformados por cristianos y musulmanes, celebra al final de uno de los partidos.

Durante años, la ciudad de Jos, en el centro de Nigeria, ha sido considerada como el epicentro de las tensiones religiosas entre cristianos y musulmanes, pero jefes de las comunidades locales decidieron reunir a sus jóvenes en torno a una pasión compartida: el fútbol.

Los enfrentamientos violentos alcanzaron tales cotas que en algunos barrios cristianos no se toleraba la presencia de musulmanes y en zonas musulmanas no se admitía a los cristianos, lo que provocaba que en ocasiones las disputas se convirtieran en un derramiento de sangre.

No se consiguió de verdad ningún gesto de confianza entre comunidades, ni acciones de apaciguamiento, hasta que se pusieron en marcha varios programas impulsados por jefes comunitarios y por el gobierno local, destinados a forzar el encuentro y el diálogo.

Salis Muhammad Abdulsalam trabaja con ese objetivo. Recorre cada barrio, cada calle, en busca de jóvenes jugadores entre veinte comunidades diferentes para fundar equipos de fútbol con nombres tan poéticos y simbólicos como FC Amor, FC Unidad o FC Perdón.

Recientemente, esos dos últimos equipos se midieron en la final del campeonato en el estadio de Rwang Pam Township. En las gradas, una pancarta apoyaba la paz entre comunidades.

"Cada vez que se enfrentan, que entrenan juntos, contruyeron un poco más la unidad y construyen un espíritu de equipo que atenúa las rivalidades y la desconfianza", cuenta a la AFP su entrenador Salis Muhammad Abdulsalam.

Para Amaechi Johnson, un jugador cristiano del FC Paciencia, esta iniciativa ha dado ya frutos porque ahora puede acudir a los barrios musulmanes e incluso se siente bien acogido allí.

"Son lugares a los que nunca habíamos ido antes", cuenta.

La antigua ciudad de Jos, que antes era un lugar turístico importante gracias a su clima moderado, se encuentra en la línea de separación geográfica entre el norte musulman y el sur cristiano de Nigeria, un país de 200 millones de habitantes, dividido de manera casi igual entre las dos grandes religiones.

Las tensiones de los últimos años se han exacerbado por disputas políticas y por la accesibilidad de las tierras fértiles.

En septiembre de 2001 se intensificaron los enfrentamientos violentos, que provocaron más de 900 muertos, según Human Rights Watch, ONG de vigilancia de los Derechos Humanos.

En noviembre de 2008, en el día siguiente a unas elecciones generales, hubo 761 muertos en acciones violentas y más de 300 en enero de 2010.

"Todavía hace unos años, la ciudad estaba bajo tensión casi diaria. Pero hace un tiempo que las cosas se han calmado", cuenta Irmiya Werr, miembro del gobierno local que está desde 2015 y que ha obrado por la reconciliación de las comunidades.

"Programas como esos pueden ayudar a promover la paz. Y que sea una paz duradera", confía.

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