El Deporte

MUJERES DE GRANDES LIGAS

"Alta Gama"

Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

La expresión de “alta gama” es coloquialmente utilizada cuando se hace referencia a un producto o elemento que implica calidad, sofisticación y un alto valor. En el ámbito comercial cuando se habla de algo de alta gama significa que hay un mayor precio a pagar por ese algo y que es adquirible por clientes acaudalados.

En el mundo deportivo ser de alta gama es estar ‘rankeado’ es ser ‘caballo’ es ser considerado un deportista codiciado. Hoy en en béisbol hay muchos jóvenes dominicanos en ese renglón que son considerados de tecnología de punta, de última generación, de primera línea, de lujosa adquisición. Esto es muy bueno desde el punto de vista de valoración en el mercado, pero así de caros y cotizados como lo son, así de exigente y delicado es su mantenimiento y negociación. El atleta que hoy de alta gama y de línea de lujo debe de saber que lo que otros productos tienen la libertad de hacer no lo tiene el, y que debe someterse a un dossier inusual y difícil a la vez.

Hoy los atletas de alta gama son medibles en su sostenibilidad y durabilidad. El equipo u organización tiene derecho a saber el tiempo hábil de su inversión y sino le cuadra revoca su decisión. Los de alta gama de la actualidad van más presionados que los de la antigüedad porque pueden ser descartados sin haber servido el tiempo necesario para ser probados; aunque ofrezcan 4,5, 6 herramientas, compiten con una sabermetria que determina su futuro y pronostica si se mantendrá duro o si se lastimará. Hoy los deportistas de alta gama son etiquetados y condicionados por la misma tecnología que así como los promociona, los limita; que así como los idolatra los esclaviza; que así como los glorifica los humilla.

Los atletas de hoy de alta gama son codificados y reciben el trato de robots y no de humanos. Son constantemente medidos y evaluados a veces con tanto ojo crítico que aún los logros alcanzados se ven ínfimos; el precio por ellos es alto, pero más alto es el precio de mantener la expectativa, la imagen y la reputación atribuida por ser producto de primera línea.

Proverbios 4:23