PRESENCIA DOMINICANA
Dinastía Escarlata
El mayor dominio que un equipo ha ejercido en un determinado periodo del béisbol invernal dominicano fue el que realizaron los Leones del Escogido entre las campañas de 1955-56 a 1960-61. Ganaron cinco de seis torneos, los tres primeros en forma consecutiva y en el único que perdieron, en 1958-59, batallaron hasta el último juego de una Serie Final pactada a nueve con anotación de dos a tres frente a los Tigres del Licey. Para ese evento, antes de iniciarse luego de superar una seria crisis, habían renunciado a dos victorias obtenidas vía la regla de forfiet.
Asimismo, en cinco ocasiones finalizaron la Serie Regular en la primera posición, en el torneo que no lo lograron, en 1956-57, llegaron en segundo lugar a cuatro juegos de distancia del Licey.
Barrieron luego a las Águilas en la Serie Semifinal, derrotando posteriormente a los Tigres en la final con cinco triunfos en siete juegos. Ese torneo sufrió el deslucimiento provocado por el retiro de las Estrellas Orientales antes de concluir el calendario de la vuelta regular alegando unas pérdidas económicas que los incapacitaban para competir.
Lo más evidente para sostener lo expresado es que en la señalada etapa, sumando los resultados totales incluyendo las postemporadas, los Leones obtuvieron 234 triunfos frente a 135 derrotas, promedio de .635, mientras los demás, Licey (174-177), Águilas (172-181) y Estrellas (128-215), jugaban por debajo de .500.
Esas conquistas del equipo rojo estuvieron sostenidas por la combinación de un grupo de jugadores importados, prospectos de primera línea, junto a veteranos de valía y un conjunto de emergentes dominicanos que formaron la primera generación de estrellas criollas de liga mayor.
Entre estos sobresalió Felipe Rojas Alou, el más impactante y carismático jugador que ha surgido en el circuito dominicano en toda su historia; caracterizado por la intensidad que ponía en su empeño por la victoria y consagrado como un completo atleta para jugar béisbol. Auxiliaba, tanto con su poderoso bateo, como con velocidad y precisión en la defensa, corriendo las bases y en el uso de un brazo potente y certero.
Examinar esa actuación es tema de la próxima entrega.