Su juego alegre y compac­to, capaz de entregar los balones más letales, lo con­vierten en una pieza muy codiciada en el concierto internacional, razón por la cual Carlos Heredia pasa por la selección tricolor co­mo vitrina que lo enclave en litorales de las mejores ligas.

Carlos Heredia Fonta­na, quien agota otra expe­riencia con la enseña na­cional absoluta –amistosos ante Puerto Rico y Serbia-, hoy deambula irresoluto con una carpeta de ofertas que lo regresarían a Euro­pa u ocupar una porción del 2021 en la LDF, como tram­polín a las dos ligas mayo­res de Norteamérica, según expectativas de mayor ren­tabilidad.

El mediopunta o “10”, de 22 años, aterrizó en su se­gunda patria, convencido que la presente estadía le arrastraría su catapulta de­finitiva como gran promesa del ataque, además de sus condiciones “mesiánicas” del juego a balón amarra­do, en una explosiva sim­biosis que no abunda en los lares de la región.