Reportaje

Teoscar, actor que se quedó con el papel principal en Toronto

En parte de su tiempo libre, Teoscar Hernández participa en grupo de ciclistas de paseo como una forma de ejercitarse y fortalecer sus piernas.

En parte de su tiempo libre, Teoscar Hernández participa en grupo de ciclistas de paseo como una forma de ejercitarse y fortalecer sus piernas.

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Pedro G. BriceñoSanto Domingo, RD

En el libreto original de los Azulejos de Toronto, Teos­car Hernández figuraba pa­ra ser un actor de reparto, pero con la solidez y el rui­do de su bate terminó ocu­pando el papel estelar de un equipo que asistió a los pla­yoffs por primera vez desde el 2016.

Los nombres de Bo Bi­chette, Vladimir Guerrero Jr. y Cavan Biggio, los tres hijos de brillantes pelote­ros figuran a la vanguar­dia del proyecto de Toron­to para el futuro cercano, pero fue Teoscar, el artífice que encabezó en la recorta­da campaña, los principa­les renglones ofensivos de la franquicia que este año culmino con foja de 32-28, tercero en el Este de la Liga Americana.

Sus 16 jonrones y .579 en porcentaje de slugging fueron primero en el con­junto, en tanto que sus , 34 remolcadas solo fueron su­peradas por las 35 que tuvo Randal Grichuk, sus seis ro­bos también representaron la segunda mayor cantidad del club. Su desempeño fue tan meritorio que logró una nominación para el premio Hank Aaron que cada año distingue a quienes mues­tran mayores consistencias con la estaca.

Amén de que este año su promedio de bateo fue de .289, un incremento de casi 60 puntos con relación a los .230 que exhibió la campa­ña pasada.

“Estos son los resultados del proceso de trabajo que he llevado en los últimos años, en busca de mejorar como pelotero, en mi ca­so lo he hecho bien fuerte, principalmente durante el tiempo de receso, día a día con mi entrenador de bateo y con mi preparador físico”, expresó el jardinero duran­te su conversación con Lis­tín Diario vía telefónica.

“Los mismos se vieron y bien pudimos alcanzar el éxito, con todo y las limita­ciones, con una temporada recortada, el inconveniente de la pandemia, las pruebas a que fuimos sometidos, pe­ro pudimos salir hacia ade­lante”, agregó el jugador, cuyos 16 vuelacercas fue­ron la quinta mayor can­tidad este año en todas las Grandes Ligas, empatando con otros seis peloteros. So­lo Luke Voit, 22; José Abreu, 19; Marcell Ozuna, 18, así como Fernando Tatis Jr. y Jo­sé Ramírez ambos con 17 lo superaron. Llegar con una mayor frecuencia a las bases, elevar la cantidad de boletos, reducir los ponches figura­ron como prioridades en la mentalidad del jugador de 27 años para ser ejecutados en la concluida serie regular, de esta manera llevó su plan y los resultados fueron más que satisfactorios.

“El trabajo que hice en el terreno estuvo al ritmo con la preparación que tuve, no estuve tan sorprendido con las estadísticas, pues me es­forcé para lograrlas”, agrega el pelotero, cuya proyección fueron como para superar los 50 vuelacercas de haber­se efectuado un calendario completo.

Experiencia sin público y protocolos

A Hernández no le importó mucho el jugar este año sin público, pues cada día salió al terreno a presentar lo me­jor de mí, y agradece a Dios el hecho de haberse despedi­do con magníficos números.

“Lo de las pruebas fue bien difícil acostumbrarse a las mismas, era algo del día a día, teníamos que acogernos a lo que la Major League es­tablecía en su carpeta proto­colar, examinarnos y salir al terreno a dar el 100 por cien­to”, señala el jugador.

Su niñez y juventud

Hernández tuvo su crian­za en Maimón, Bonao, entre jugar, brincar, tirarle piedras a los árboles frutales y com­partir con sus padres, fami­liares y demás amigos.

A diferencia de un amplio grupo de sus colegas, su fa­milia era de la llamada clase media. “No éramos ni muy pobres, pero tampoco ricos, los alimentos siempre esta­ban a su hora en el hogar”, expresa el pelotero, quien se considera una persona de pocos ruidos.

Su padre, Teófilo Her­nández es un empresario de compañía constructoras, préstamos y posee camio­nes, su madre, aparte de los quehaceres del hogar, cuenta con una tienda de vender ro­pas y otros artículos.

Aunque reside en Tampa, junto a su esposa, Jennifer y su hijo Teoscar José Hernán­dez, casi al día siguiente de culminar la campaña el pa­trullero se refugió en Mai­món, el hogar de sus padres y en la actualidad permanece allá. Cuenta con un herma­no menor, José Abel Hernán­dez, quien en el 2015 firmó para los Astros de Houston, empero ya está fuera de béis­bol. Este año, Teoscar reco­gió en grande la cosecha de un arduo trabajo realizado en el receso, con la intención de seguir mejorando en el presente.

SEPA MAS

Ciclismo de paseo, su hobbie

Ejercicio.

En el tiempo de rece­so, Teoscar en ocasiones participa con el grupo de ciclista VDY Frenao, de Maimón y asiste en pa­seo en recorrido por ca­lles de la ciudad, ejerci­cio que realiza junto a varios de sus hermanos como una forma de re­lajarse y sudar un poco. “Le damos suave, es un magnífico ejercicio”, ex­presa.

52 H4 y 110 RBI en campaña 162 juegos

Sus estadísticas en un 2020 abreviado se pro­rratean a 52 jonrones y 110 carreras impulsadas en un calendario com­pleto de 162 juegos. Ob­viamente, las lesiones y otros factores entrarán en juego, pero una tem­porada de 40 jonrones no está fuera de discu­sión para el slugger de los Azulejos. Con una só­lida alineación a su alre­dedor, al menos la ten­dría.

Teoscar Hernández fue este año uno de los principales bateadores a la ofensiva de los Azulejos.

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