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Swiatek apaga el sueño de Podoroska en Francia

EIga Swiatek apenas tiene 19 años. Es la número 54 del ránking. Aún no estrena su palmarés de títulos en el circuito. Nunca había supe­rado la cuarta ronda en un torneo de Grand Slam. Y ha sido como una tromba has­ta ahora en el Abierto de Francia.

La polaca se convirtió el jue­ves en la mujer con el rán­king más bajo que alcanza la final de Roland Garros desde el estreno del escala­fón electrónico de la WTA en 1975, avanzando con una desigual victoria 6-2, 6-1 sobre la argentina Na­dia Podoroska.

Swiatek ha ganado cada uno de los 12 sets que ha disputado en el torneo, ce­diendo apenas 23 juegos en la media docena de parti­dos que lleva.

Cuando su aplastante des­pliegue de 70 minutos cul­minó ante unos cuantos centenares de asistentes en la cancha Philippe Chatrier — se permite una cantidad mínima de espectadores por la pandemia de corona­virus — Swiatek clamó que hicieras más ruido, agitan­do sus brazos y poniendo una mano en una oreja.

En la final el sábado, Swia­tek se topará con la estado­unidense Sofia Kenin, la úl­tima campeona del Abierto de Australia. La cuarta pre­clasificada avanzó tras de­rrotar 6-4, 7-5 a la checa Petra Kvitova (7ma), dos veces reina de Wimbledon.

Kenin se presentará con fo­ja de 16-1 en partidos de Grand Slam este año.

“Seré la cenicienta”, dijo Swiatek.

La semifinal Swiatek-Po­doroska fue la primera del cuadro femenino de Roland Garros entre rivales sin pre­clasificación desde 1983 — y Swiatek fue un torbellino.

“Jugó realmente bien”, dijo Podoroska, oriunda de Ro­sario, la ciudad natal del as­tro del fútbol Lionel Messi. “No me dejó jugar bien pa­rada en la cancha”.

Situada como número 131, Podoroska se convirtió en la mujer con el ránking más bajo en alcanzar la penúl­tima ronda en Roland Ga­rros. También fue la prime­ra mujer en la era abierta, desde 1968, que alcanzó la instancia tras haber sortea­do la fase previa.

Pero la argentina de 23 años no pudo hacer mu­cho ante una rival que pisó el acelerador a fondo desde el comienzo y no le dio res­piro.

“Me parece irreal. Por un lado, sé que puede jugar un tenis excepcional. Por el otro, me ha sorprendido un poco. No me esperaba es­tar en la final. Es una locu­ra”, dijo Swiatek. “Me tengo mucha confianza”.

No fue hasta el quinto juego del segundo set cuando Po­doroska logró quebrar el sa­que a Swiatek para quedar 4-1 abajo.

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