Luichy declara hay un “odio” contra la familia Sánchez
Recientemente las Águilas cancelaron su compromiso de trabajo en Operaciones de Béisbol.
Luichy Sánchez y Quilvio Hernández
El comentarista y experto en beisbol Luichy Sánchez declaró que su salida de las Aguilas Cibaeñas tiene su origen en un “odio” del consejo directivo hacia todo lo que signifique la familia Sánchez.
Recientemente, el equipo cibaeño canceló su compromiso de trabajo con Luichy, quien era parte del grupo de Operaciones de Beisbol las últimas tres décadas.También fue parte de la cadena de las Aguilas, como comentarista, tanto en radio como en televisión.
Listin Diario preguntó a Luichy si era cierto que estaba encaminando una demanda contra el consejo y la directiva que preside Quilvio Hernández,reclamando una liquidación justa a sus 30 años de labor. Luichy es hermano de Juanchy Sánchez, principal accionista del equipo y quien perdió la comercialización hace un par de torneos.
En cambio, Luichy remitió a Listin la siguiente declaración:
“Lejos de ser una decisión profesional, institucional y de carácter económico, mi cancelación es un daño colateral por ser parte de una familia que lo ha dado todo por Águilas Cibaeñas. Es una clara señal de que el odio desatado “no se detendrá en ninguna puerta de concordia”.
Es una lástima que los demonios que han surgido en lo interno de la directiva aguilucha me hayan separado de la mayor pasión profesional que me ha acompañado toda mi vida: el béisbol.
La mezquindad llegó a tal punto que hicieron lo imposible por cancelarme sin darme un centavo, tomando medidas ridículas que no sólo me afectaban a mí, sino a toda la empleomanía, para dar la falsa apariencia de que no había discriminación. Fui el único miem
bro de operaciones de béisbol que estaba obligado a hacer acto de presencia en oficina del Estadio Cibao, sin necesidad, incluso durante la pandemia. Hasta me ocultaron que varios empleados habían dado positivo al Covid-19 y, encontrándome en dicha oficina, fue por una llamada que me hizo Chilote que me enteré, sugiriéndome que no debía estar ahí y que me marchara hacia mi casa.
Por mi sólida formación católica, felizmente no guardo resentimiento. Dios me protegió, sacándome de un infierno que no me merecía. Nadie puede sentirse feliz por quedar sin trabajo, pero he sido bendecido, porque él sabe que ese no es mi lugar. Toda la gloria para él.
Dirigir con inquina un patrimonio nacional ha empujado a la entidad por una pendiente de degradación vergonzosa. La envidia, la hipocresía, la mala fe, la simulación, el sofisma, el encubrimiento, es lo que se administra en la actualidad.
Sin embargo, con engaño se le vende a la población un ambiente de armonía y confraternidad que no existe. ¿De esa manera se esperan buenos resultados?
Mi lugar está donde hay decencia, respeto, amor, humildad, donde se pueda aportar, no buscar. Lamentable y desafortunadamente las Águilas pasaron de vanguardia a ser el equipo retaguardia de la Lidom, debido a la descomposición moral que la ha invadido.
Soy la única persona que estuvo ininterrumpidamente en oficinas de Águilas Cibaeñas, día a día, los 12 meses del año, durante el período 1980-2020. No lo digo por alardear de tener más conocimiento que nadie, sino porque nadie me puede contar lo ocurrido en el equipo en esos 40 años, lo viví. Eso lo sabe mucha gente en el ambiente del béisbol dominicano.
La persecución familiar ha sido tan evidente que a Luichy Sánchez le tocó ser el único miembro de la segunda generación de quienes crearon la compañía por acciones de las Águilas que hizo vida permanente en la entidad, aportando trabajo al equipo al máximo nivel de la eficiencia, tal como lo hizo mi padre, y mi hijo el único miembro de la tercera generación que se estaba formando de igual manera, pero al ser Sánchez había que salir de nosotros y aprovechar otros lo que con tanto esfuerzo sembramos”.