Homenaje a Osvaldo Virgil

El 23 de septiembre es una fecha trascendental para el deporte nacional y en particular para el béisbol, ya que se conmemora el aniversario del debut del primer jugador dominicano en las Grandes Ligas. Ese día del año de 1956, en el antiguo Connie Mack Stadium, de la ciudad de Filadelfia, el montecristeño Osvaldo Virgil se convirtió en el puntal de lo que más de seis décadas después sería la mayor cantera de peloteros fuera de las fronteras de los Estados Unidos. Con el número 17 en la espalda de su uniforme de los Gigantes de Nueva York, Virgil fue colocado en la tercera base y séptimo en el orden al bate por el dirigente Bill Rigney, trillando un camino que hasta la presente campaña han transitado más de 800 compatriotas. En 2021 se cumplen 65 años ese hecho extraordinario y para celebrar por todo lo alto la efeméride el Ministerio de Deportes y el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano se proponen aunar esfuerzos para que en esa fecha se celebre el Día de Osvaldo Virgil en todos los estadio de las Ligas Mayores, como homenaje al hombre que abrió las puertas al mayor conglomerado de jugadores foráneos que ha conocido el béisbol estadounidense en toda su historia. Una ceremonia especial se escenificaría en el parque de los Gigantes de San Francisco, la organización original de Virgil, en la cual el ex pelotero criollo realizaría el lanzamiento de la primera bola y recibiría una placa conmemorativa. El proyecto contempla que otras importantes instituciones nacionales ligadas al béisbol y al deporte se sumen a la a la iniciativa, para hacer aún más representativa la solicitud, que se seguro recibirá el beneplácito del pueblo dominicano. Entre esas entidades figurarían, la Liga de Béisbol Profesional, la Federación Nacional de Peloteros Profesionales y la Federación Dominicana de Béisbol. También podría incluirse a la Oficina del Comisionado de Béisbol del Caribe.

Se podría aprovechar la ocasión para que la fecha del 23 de septiembre de cada año se declare día de regocijo nacional en honor a Osvaldo Virgil y a su portentosa hazaña. Proeza que sirvió de punto de partida a tantas epopeyas protagonizadas por los peloteros dominicanos a lo largo de las últimas 6 décadas y que han puesto en alto el nombre del país.