A Tiro de Hit
Adiós a Lou Brock
El pasado domingo falleció Lou Brock, luego de años aquejado de diversos problemas de salud. Brock fue uno de los mejores robadores de bases de todos los tiempos y figura icónica de los Cardenales de St. Louis.
Su historia no puede contarse sin reseñar posiblemente el mejor cambio que ha realizado la exitosa franquicia de la Liga Nacional. Se jugaba la temporada de 1964, y hasta mediados de junio los Cardenales mantenían su récord alrededor de .500. El puesto de Bing Devine, gerente general del conjunto, estaba en peligro. Tenía que hacer algo.
El equipo se había quedado con un vacío en el jardín izquierdo a raíz del retiro del inmortal Stan Musial, y el objetivo de Devine para fortalecer la posición era adquirir a un jardinero de discreta producción con los Cachorros de Chicago: Lou Brock.
La principal figura que pasaría a los Cubs era el lanzador Ernie Broglio, cuyo rendimiento había descendido en 1964 luego de obtener 18 victorias el año anterior. La transacción se concretizó el 15 de junio, y marcó el inicio de una etapa de éxitos que concluyó con un par de campeonatos, más de 900 bases robadas y la exaltación al Salón de la Fama de Brock en 1985.
A su llegada al equipo de 1964, el jardinero transformó a los Cardenales, bateando .348/.387/.527 con 33 bases robadas. El equipo de St. Louis aprovechó un slump colectivo de los Phillies de Philadelphia en la segunda quincena de septiembre y obtuvo el banderín de la Liga Nacional.
En la Serie Mundial, derrotó a los Yankees de Nueva York en siete partidos. Brock bateó .300, brillando como primer bateador en la alineación de su equipo.
En los años siguientes, el nativo de Arkansas se convirtió figura determinante en los éxitos de su equipo, logrando ocho lideratos de bases robadas y estableciendo la marca de Grandes Ligas de 118 en 1974, posteriormente superada por Rickey Henderson en 1982.
Brock fue especialmente letal en las Series Mundiales de 1967 y 68, bateando .414 y .464 respectivamente en esos clásicos y estableciendo la marca de bases robadas con siete, hazaña que logró en ambas series.
Se retiró con 3,023 imparables, 938 robos, 1,610 carreras anotadas y promedios de .293/.343/.410. Fue exaltado al Salón de la Fama en 1985.