LA VICTORIA DE SU VIDA

David Díaz triunfó en el partido más importante

El entrenador batalló durante 32 días con el coronavirus Covid-19, incluyendo ocho que pasó en una unidad de cuidados intensivos.

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ALEX RODRÍGUEZSanto Domingo, RD

En el punto más álgido de la lucha cuerpo a cuerpo que sostuvo durante 32 días con las repercusiones de la enfermedad del Co­vid-19, el entrenador de baloncesto David Díaz lle­gó a entablar una “nego­ciación” que le permitió preservar la vida.

Describe la escena co­mo un espacio amplio, grande, muy limpio, de color azul y blanco don­de establecía una conver­sación con algo o alguien que no pudo ver. Y mien­tras sentía fuerzas que lo arrastraban, que se lo que­rían llevar, se mantuvo fir­me en su negativa.

“Yo decía que no era el momento, que todavía tenía muchas cosas que dar”, expresa el asistente de la selección nacional a partir del 2013 desde su residencia en San Francis­co de Macorís.

Y al ver cómo eran tra­tados sus vecinos (como denominó a los pacien­tes que compartían la sa­la de cuidados intensivos) luego de perder la batalla ante la enfermedad -ca­si embalsamados, inertes de la cama al nicho- se de­cía que no era su momen­to y que no merecía un fi­nal así.

Su Big Three Durante su convalecen­cia, el exjugador de 42 años estuvo 15 días sin co­mer ni beber. Pero se hi­zo acompañar de una es­pecie de “Big Three” que como estelares jugadores bajo su mando le ayuda­ron a ganar el más impor­tante partido de su vida: la fortaleza mental, llevar un régimen de vida saludable y no padecer de ninguna enfermedad.

“Si no tienes fortale­za emocional y mental, te caes, te das por ven­cido. Siempre he tenido esa fortaleza, la he mane­jado bien y creo que eso fue clave para ganar la ba­talla”, asegura el técnico que ya ha recuperado 22 de las 33 libras que perdió en el proceso contra el mal.

Rememora la incomodi­dad de estar inmovilizado, observando el movimiento de enfermeras queriendo atender a todos, los médi­cos con sus trajes especia­les que no permitían saber con quien hablabas, sin ver un familiar, un televisor, un celular.

“No es lo mismo una per­sona que fume, que use ho­okah, que lleve una vida con mucho desarreglo que una organizada, que haga ejercicios, que no consuma cigarrillos. Según los médi­cos fue un aspecto clave en todo el proceso”, dice Díaz, quien se vio afectado más que nada en los pulmones.

Luego del alta, el exitoso entrenador estuvo utilizan­do unos medicamentos du­rante 10 días que fueron dis­minuyendo gradualmente para la respiración y los pul­mones. Después lo que ha estado usando es proteínas y multivitamínicos para re­cuperar la masa muscular, el peso y fortalecer el físico.

“Tratamos de comer lo más sano posible y combi­nar con ejercicios. Recupe­ramos cinco libras sema­nales en las primeras tres semanas ya después del mes parece que el proceso se puso lento y eran dos o tres. Ahora estamos gracias a Dios muy bien.”, agrega.

Reafirma que, según los médicos que lo atendieron, lo que le dejo con vida es que lleva un estilo de vida muy saludable y que no su­fre de nada.

Consejo y aprendizaje Diaz espera que se pueda volver a la actividad depor­tiva para seguir con su tra­bajo como entrenador del club San Carlos en el torneo de baloncesto superior dis­trital.

“Las personas deben de tratar de vivir de la manera más saludable posible, más con su gente cercana, con sus familiares. Hay muchas cosas que uno le da un valor que al final no lo tienen tan­to. Hay que tratar de ser los mejores seres humanos po­sibles. Es lo que uno se lle­va, lo que le da motivación a la vida”, expresa el coach, que es uno de los mejor va­lorados en el país.

SEPA MÁS Cuidarse y cuidar el entorno Dengue. Al principio fue trata­do en el centro médico de la UCE por lo que se creía era un dengue, pe­ro que luego de dar po­sitivo tuvo que ser tras­ladado al Hospital de la Policía Nacional.

San Francisco. Aunque es nativo de San Francisco de Macorís, no sabe cómo, cuándo o dónde adquirió la en­fermedad, pero confiesa que tuvo mucho roce en esa provincia que es una de las más afectadas.

Protección. “Hay que cuidarse, es al­go muy real. A todo el mundo no le da igual, yo fui de los que le dio muy fuerte. Traten de llevar los protocolos, la protec­ción. La base es cuidar­se y cuidar el entorno”, aconsejó Díaz.