LA MEDALLA MÁS PRECIADA

Iam Jr. cambia la vida de Yuderqui Contreras

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Ramón RodríguezSanto Domingo, RD

Yuderqui Contreras fue en un momento la atleta de mayor solvencia del de­porte de levantamiento de pesas de la República Do­minicana.

Su devoción por el de­porte de la halterofilia le llevó a alcanzar muchos palmarés que ya están en el pasado.

Ahora, hace dos años y sie­te meses que se convirtió en madre, un suceso que dura para toda la vida.

“Después que uno se convierte en madre todo cambia”, dice Contreras, la más dominante levanta­dora de pesas de la región en la categoría de los 53 kilogramos femeninos.

Tras dejar las platafor­mas todo se centra ahora en dar ternura y cariño a Iam Junior, del que sepa­ra para cumplir compro­misos laborales. Contreras labora en el departamento de Contabilidad del Comi­té Olímpico Dominicano.

Contreras nunca pensó en experimentar las emo­ciones de ser madre.

“Ya no estoy sola, ya ten­go al niño. Es bien chulo” ser madre, llegar a la casa y abrazar un hijo que se va en alegría y siente como re­cibe el cariño que le da.

Contreras es madre sol­tera desde hace un buen tiempo y comparte la aten­ción de Iam Junior con su hermana Joselyn Contre­ras cuando tiene que irse al trabajo.

No tiene palabras pa­ra describir los momen­tos que vive con su bebé. “Ser madre cambia tu vi­da, tu tiempo, tú forma de pensar”, dice con palabras entrecortadas por la emo­ción.

Para la ex campeona Pa­namericana de la división de los 53 kilogramos, ser madre “significa tener una razón de ser para el resto de tu vida. Es una emoción tan grande que nunca al­canzan las palabras para describirlo”.

Su emoción por haber­se convertido en madre se ha acrecentado al ver a Iam Junior “barbusear” y decir “mami te amo”.

Sin embargo, para Yu­derqui “no ha sido fácil” ser madre soltera. “He vivido momentos difíciles”, cuen­ta la ex atleta, pero eso no le quita la emoción.

Yuderqui ha vivido mu­cho momentos emocionan­tes en su carrera de depor­tista. Ganó tres medallas de oro en los Juegos Centro­americanos y del Caribe de Mayagüez, una de plata y otra de bronce en campeo­natos mundiales, igualmen­te se colgó medallas de oro, plata y bronce en campeo­natos mundiales de levanta­miento de pesas, categoría juvenil y a nivel Panameri­cano tiene un título de cam­peona y medallista dora­da, también ganó medalla de plata, esta última, en los Juegos Panamericanos cele­brados en la capital domini­cana en el año 2003.

Momento amargo A pesar de que el depor­te le ha brindado muchas emociones, recuerda con amargura el día que fue de­clarada positiva por sustan­cia dopante en los Juegos Olímpicos de 2008, cele­brados en Beijing, China, si­tuación que tuvo que ser re­vertida despés luego que la prueba B diera negativo.

“Fue una persecución que se convirtió en una pe­sadilla”, cuenta Yuderqui, porque según dijo, en un plazo relativamente cor­to fueron a Bulgaria don­de hacía una base de en­trenamientos previa a su participación en los Juegos Olímpicos de Beijing y le to­maron prueba, luego cuan­do llegó a la villa en Beijing le hicieron otra, luego del pesaje volvieron a tomar­le muestra y al finalizar la competencia y habiendo terminado cuarta, volvie­ron a hacerle prueba anti­doping. “Fue algo que nun­ca había vivido”, recuerda Yuderqui.

Yuderqui pertenece a una familia que ha dado va­rios atletas, todos con éxi­tos sobrados y viene de una ciudad (San Pedro de Ma­corís) que es la que más y mejores levantadoras de pesas ha producido de la mano del técnico Héctor Domínguez.

Atletas de la talla de Crismery Santana, Wanda Rijo y Víctor Reyna, llevan la sangre familiar que tiene Yu­derquis, una licenciada en contabilidad, egresada de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y que hará su investidura en noviembre próximo, claro, si la situación del COVID-19 lo permite.

Se graduará en noviembre Investidura. Yuderqui se apresta realizar su investidu­ra de contabilidad en el mes de noviembre.

Estelar de SPM. Ella se une a atle­tas como Crismery Santana, Wanda Ri­jo, Beatriz Pirón, Gui­llermina Candelario , Víctor Reyna entre otros para ser gran­des idolos de San Pe­dro de Macorís, una provincia que se des­taca en las pesas.