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PRIMER ROUND

Tyson- Holyfield, millones en estampida

Creyeron que era una exagera­ción cuando escribí que el re­greso del viejito Mike Tyson, 54 años; y su archirrival Evan­der Holyfield, al igual “extraña­mente” de vuelta, traería un tercer combate entre estos dos antiguos jóvenes, ambos su­man ya 111 años, pero aun así podrían aca­rrear cientos de millones de dólares en uno de los negocios más prósperos en la era de la pospandemia.

Este encuentro de la tercera edad nadie se negará a verlo, por lo cual la gente paga­rá o le dará seguimiento por cualquier apli­cación esa noche; sino se van a los Emiratos Árabes, donde pagarían con monedas de oro la entrada; solo para echarnos una vai­na a todos los demás habitantes del mundo.

Esta podría ser la primera vez que dos hombres que disfrutaron de grandes fortu­nas las cuales parecían para nunca acabar, se subirán al ensogado con más de 50 años cada uno, sin corona en juego, viniendo del retiro los dos y con bolsas millonarias tem­blorosas, explosionando los sacos, los millo­nes correrán en estampidas regresando a las cuentas bancarias de los exmúltiples cam­peones del peso pesado que por causas dife­rentes terminaron en bancarrotas.

El impacto de Tyson es muy positivo pa­ra el boxeo hasta que de manera física acabe para siempre, al menos que no pueda boxear con los reflejos y la potencia que exhibe en el ámbito deportivo, entiendo que hasta hoy su carrera debe ser dividida en tres etapas, 1. Cuando en 1986 estremeció al mundo ga­nando y unificando las correas pesadas por tres organismos y limpiando el ranking; la se­gunda, su caída ante James “Buster” Douglas en 1990 en Japón y sus posteriores escánda­los callejeros con docenas de demandas, su divorcio y apresamiento tras un enredo con una reina de belleza… Y tercera, su regreso al entarimado tras cuatro años preso y recon­quista del trono y sus dos desastrosas peleas con Evander Holyfield, la última pasando a la historia por su mordico “orejero” al endemo­niado verdugo de Atlanta, lo que le costó una suspensión indefinida del boxeo y una quie­bra económica y moral absoluta.

CUARTA ETAPA: Tyson podría ganarse la Loto de Florida y decir que ya no vuelve al ring; yo haría lo mismo, pero somos dos ‘sa­laos’ en eso de juego… Él tendrá que volver a dar y coger tablazos, y sobre todo a medir­se a un tipo que jugó mentalmente con él y que aparte de los esteroides que usó (porque luego se comprobó y estuvo a punto de per­der la vida encima del ring por esa razón…) también, con mucha maestría, aplicó golpes ilegales de todo tipo en la anatomía de Mike Tyson frente a los descuidos del añejo Mills Lane, quien vino a despertar solo al grito es­truendoso de: “¡Ay ay!, mi oreja, hijo de p.”; ¡Ah!, y yo seguiré escribiendo párrafos.

A propósito, ¿Quién será el árbitro esta vez? (lea más en listindiario.com)

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