TRIPLE TEAM
Cómo retomar la vida del básquet
Todo luce indicar que el nuevo coronavirus o Covid-19 ha llegado para quedarse.
A pesar de las medidas fuertes o débiles, transitorias o no, en todos los países del mundo, aunque en algunos se han reducido al mínimo los casos, se han producido rebrotes o recontagios.
Y mientras se busca el tratamiento ideal o la vacuna, los líderes mundiales comienzan a buscar la manera de retomar los trabajos más esenciales con las máximas garantías.
Al mismo tiempo, las principales ligas de deportes profesionales también están dando los pasos para regresar a la acción con diferentes escenarios y con la coincidencia de no permitir la presencia del público.
En el deporte dominicano, en específico en el baloncesto, quedan pendientes la serie final del baloncesto superior de Santiago entre los equipos de los clubes Pueblo Nuevo y Gregorio Urbano Gilbert, así como un poco más de la mitad del torneo superior del Distrito Nacional.
El caso de Santiago es un poco más simple. Tal vez no con los mismos jugadores -en el caso de los refuerzos extranjeros-, pero como solo queda el tramo final y la mayoría de los jugadores son nativos de la provincia se puede manejar con más facilidad.
Pero para el TBS Distrito las cosas se complican por la cantidad de partidos de serie regular que restan, además de la semifinal de Todos Contra Todos y la serie final.
En este último caso se agregan los compromisos con las empresas patrocinadoras, la lamentable pérdida de su comercializador, Leo López y que su principal sostén, el gobierno a través del Ministerio Administrativo de la Presidencia, ha tenido que derogar grandes sumas de dinero para enfrentar los retos impuestos por la contagiosa enfermedad.
Como antecedente, en 1979 el torneo superior distrital tuvo que terminar en el mes de diciembre ya que en agosto el huracán David devastó gran parte del territorio dominicano, sobre todo en la ciudad capital donde prácticamente destruyó todas las instalaciones del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Con las limitaciones que habría que tener, el largo trecho que todavía hay que andar y sin la presencia del público -que sería una exigencia del momento- no será nada fácil poder dar continuidad al basket superior distrital este año. Ojalá que la realidad sea diferente.
En otras ocasiones el baloncesto dominicano se ha visto paralizado por diferentes motivos, sobre todo por violencia entre jugadores y fanáticos, pero nunca había enfrentado un reto de esta magnitud. Una gran tarea para los federados y asociados.