La historia triste de Steve Dalkowski

Días atrás falleció el hombre que, de acuerdo a descripciones de testigos presenciales de su carrera, tuvo una de las mejores bolas rápidas de todos los tiempos. Sin embargo, el fallecimiento pasó sin pena de gloria. El nombre del lanzador: Steve Dalkowski, quien a pesar de nunca jugar en Grandes Ligas, dejó su huella en el mundo del béisbol.

La gran limitación de Dalkowski fue el descontrol, tanto dentro como fuera del terreno. Autoridades como Ted Williams lo describieron como el lanzador más rápido que vieron. Pero nunca pudo encontrar la zona de strike consistentemente. Y una batalla contra el alcoholismo contribuyó a arruinar su carrera y también su vida personal.

En 1960, lanzando en la organización de los Orioles de Baltimore, ponchó 262 bateadores en 170 entradas. Pero también otorgó 262 bases por bolas y tuvo PCL de 5.14 a pesar de permitir menos de seis hits por cada nueve entradas.

Al año siguiente, ponchó 150 ponches en 103 episodios… con 196 bases por bolas. Sus números en Baseball Reference nos indican que tuvo marca de por vida de 46-80 y boleó 1236 oponentes en 956 innings lanzados.

Ese descontrol es lamentable cuando revisamos las descripciones de quienes lo enfrentaron:

- Earl Weaver declaró: “Dalkowski era increíble. Su velocidad superaba por mucho la de Ryan. Difícil de creer, pero así era.”

- Cal Ripken, Sr., padre del inmortal, comentó algo parecido: “Él era el tirador más rápido que ví.”

- Pat Gillick: “Lo de este tipo era real. Tenía uno de esos brazos que aparecen una vez en la vida de uno”.

Un par de eventos de la carrera de Dalkowski:

- Cuando lanzaba en la escuela secundaria, completó un no-hitter con 18 ponches y 18 bases por bolas.

- En una ocasión tiró partido de un hit con 15 ponches y 17 bases por bolas. Perdió 9-8.

- En un encuentro de entradas extras en la Liga del Este, ponchó 27 bateadores, boleó 16 y realizó 283 lanzamientos.

Dalkowski también era indomable fuera del terreno. Sus compañeros llegaron a describirlo como descuidado en su higiene y apariencia personal, y completamente irresponsable en su consumo de alcohol.

Con su carrera finalizada a los 26 años, el zurdo de meteórica bola rápida vivió el resto de su existencia sufriendo de crónico alcoholismo que provocó decenas de arrestos.

Durante las últimas décadas de su vida, sufrió de demencia provocada por la bebida y falleció en un hospicio donde vivió por 26 años, prácticamente sin recuerdos de su fallida carrera