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Fiebre de Golf

Pete Dye, la leyenda del diseño

El Artístico, José Ignacio Morales, trabajando en la estatua que honra a Pete Dye y que se puede ver justo en la entrada al Pro Shop de Casa de Campo. En primer plano, Dye posando para el artista.

El Artístico, José Ignacio Morales, trabajando en la estatua que honra a Pete Dye y que se puede ver justo en la entrada al Pro Shop de Casa de Campo. En primer plano, Dye posando para el artista.

Hace sólo días nos dejó uno de los grandes arquitectos de campos de golf, Pete Dye, quien además estaba atado a este país como ninguno de sus colegas. Encontré un articulo en golf.com que usé como fuente para que conozcamos mas de la vida de este gran hombre que acogió el país como su segunda patria. Sencillo homenaje a un gran ser humano.

Empecemos preguntándonos… ¿qué convirtió a Pete Dye en la figura más influyente de la arquitectura de campos de golf de la última mitad del siglo XX? La respuesta en dos partes. No solo construyó más campos de golf de clase mundial que nadie, sino que también fue mentor de varios de los arquitectos más talentosos de la actualidad, ayudando a lanzar las carreras de personajes como Bill Coore, Tom Doak, Brian Curley, Rod Whitman y su hijo Perry Dye (P.B.), entre otros. Junto a su esposa y colaboradora, Alice (+ Febrero 2019), na- die en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial tuvo un impacto más profundo en las formas o diseños de campos que Dye. Nacido en 1925 en Urbana, Ohio, Dye creció rodeado del juego. Su padre, Paul, era un diseñador aficionado que introdujo a su hijo al golf a una temprana edad.

Pete se convirtió en un jugador consumado, compitiendo en cinco U.S. Amateurs, un British Amateur, y un U.S.

Open (1957), el mismo año en que Jack Nicklaus hizo su debut en ese evento. Ambos fallaron el corte, pero Dye venció a Nicklaus por ocho golpes. Pero jugando torneos no era como Dye se ganaría la vida. Empezó a diseñar, y su obra reveladora fue Crooked Stick en las afueras de Indianápolis en 1966. Luego vino The Golf Club en Columbus, Ohio, y cuando ambos abrieron fueron quizás los mejores campos en sus respectivos estados, pero eran clubes privados con poca exposición para el público.

No fue hasta que Jack Nicklaus le pidió a Dye que colaborara en Harbor Town en Carolina del Sur, que los talentos de Dye serían expues- tos a un público más amplio.

En comparación con sus anteriores diseños, este era mucho mas espectacular. Con 6.600 yardas, fairways rodeados de robles, y greens en todas las formas y tamaños, el campo fue visto como uno “diseño para el segundo tiro”. Desde el green del 9 en forma de V, y el del 13 (el mas grande del campo y que fue diseñado por Alice en una servilleta mientras cenaban en un lugar), el campo habla por si solo.

Luego Dye popularizó el uso de vigas ferroviarias alrededor de los greens, lo cual es muy evidente en Brancaster y Prestwick, y aquí podemos ver su influencia en el 9 de The Lakes en el rediseño hecho por P.B.

Pronto se embarcó en otro proyecto que seguiría siendo un favorito a nivel personal: Teeth of the Dog. Con más de 2,500 yardas frente al mar, la propiedad presentó una oportunidad de ensueño para Dye a sus 45 años. Sobre éste creó una de sus frases mas famosa: “Yo hice once hoyos. Los otros siete los hizo Dios”. Y con este campo, nació una de sus maniobras de diseño favoritas: la de construir usando la costa (río o mar) y los contornos naturales del terreno. Ese modelo lo usó en campos tan famosos como The Ocean Course at Kiawah Island, Whistling Straits, The River, Meadow, y Black Wolf Run. Luego fue a Escocia y dejo su huella con Cruden Bay y Machrihanish.

A seguidas, pero en otra tesitura vinieron Oak Tree, TPC Sawgrass, Long Cove, PGA West. Sus endemoniados diseños le ganaron el apodo de “Marqués de Sod”. Decenas de campos están diseminados por todo el mundo, y se puede decir que, en perspectiva, Dye tiene mas campos entre los mejores 100 del mundo que cualquiera de sus colegas.

En el país Dye dejó su huella en diseños como The Links, Romana CC, Dye Fore, y vestigios de su genio creativo en Las Aromas y Cayacoa.

Dye Fore desde el aire. Si lugar a dudas uno de los grandes diseños de Pete en el país, y el único que lleva su apellido.

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