Complicada situación

En el Round Robin del año pasado el lanzador Radhamés Liz de Estrellas Orientales ponchó a treinta bateadores en veinte episodios estableciendo marca de proporción de outs logrados de esa manera en relación a los episodios completados, 13.50 por cada nueve. Superó los 12.96 que alcanzó Carlos Martínez con las Águilas en 2014-15 cuando abanicó a 24 en 16.2 entradas. En volumen se quedó corto por dos de la cantidad que logró Apolinar García en 1994-95, conseguida en 28.2 capítulos.

En el actual torneo de semi fondo Freddy Peralta de los Toros amenazó con dejar atrás estos dos récords, algo que no se materializará al abandonar la actividad por alegadas instrucciones de la organización a la que pertenece en Grandes Ligas, los Cerveceros de Milwaukee. Al momento de ocurrir lo señalado había ponchado a veinte en 13.1 episodios, cantidad esta última que está por debajo del mínimo necesario para oficializar los resultados, deben ser catorce, un 80% de los juegos efectuados por el equipo.

La principal causa de que la calidad del juego que se está presentado en las ligas invernales se aprecie de menor calidad es esta práctica, que no se limita a las Ligas Mayores, ocurre asimismo con organizaciones de los circuitos asiáticos; Japón, Corea y Taiwán, cuando llegan a algún acuerdo con jugadores que están accionando en el torneo.

La situación es compleja. Debe resultar un verdadero quebradero de cabeza para las gerencias de los equipos afectados cada vez que repentinamente pierden una de las piezas claves de la estrategia diseñada.

El escenario del béisbol invernal es la vitrina que exhibe el producto al mercado internacional el cual al ser adquirido lastima esa vitrina sin ninguna compensación. La economía de los circuitos invernales no puede competir con la de los indicados gigantes de la actividad y es humanamente difícil crear un mecanismo legal que le niegue el derecho a mejores ingresos a esos muchachos que tienen limitada la vigencia de la eficacia de las habilidades que le proporcionan valor.

Es urgente generar creatividad para solucionar esta situación. Por el bien del béisbol invernal.