Richard Ureña, un gran ejemplo de superación en el béisbol

Cuando su padre falleció, Richard Ureña contaba con solo siete meses de nacido. Tras el lamentable deceso, su madre, Adalgisa, y el progenitor de esta, Enrique Castillo, se encargaron de protegerlo, brindarle principios y educación junto a sus demás hermanos.

Oriundo del sector El Aguacate, en San Francisco de Macorís, el hoy jugador de Grandes Ligas, tuvo educación y alimentación adecuada, además de asistir a los pequeños estadios existentes en la provincia, que con el transcurrir del tiempo fue desarrollando habilidades hasta insertarse en un programa de béisbol.

Empero, antes la vida era fuerte para la familia, el abuelo Enrique, contaba con una pequeña finca, terreno que proporcionaba los escasos recursos disponibles para alimentarse y cubrir las demás necesidades.

“Mi madre y mi abuelo nunca se despreocuparon de mí, éramos pobres, pero de esta pequeña finca salía el principal sostén de la familia, vivíamos en franca unión”, señala Ureña, quien este año ha mostrado un bate mucho más depurado en el torneo invernal.

Tras ir superando sus habilidades para el juego, se trasladó desde su natal San Francisco hacia San Pedro de Macorís al programa que regentea Decartes Corporán en busca de alcanzar el sueño de lograr una firma para el profesionalismo.

Se desempeñaba en el campocorto, era delgadito y desde ahí fue flechado por la Dominican Prospect League e invitado a la diversidad de showcase que esta entidad organiza tanto en la Florida como Arizona.

Corrían los primeros meses del 2012 cuando Ureña integró un grupo que superaba los 30 jóvenes y habían viajado a los dos famosos lugares de entrenamientos y en uno de esos viajes se produce el interés verbal para ser fichado posteriormente.

En ese instante no sobresalía entre los más talentosos del grupo, pero tras firmar y con el paso de los años ha sido prácticamente el único en accionar en un escenario de Grandes Ligas, con sus tres campañas como miembro de los Azulejos.

A él se unen Wendell Rijo y Deivi Grullón entre los pocos del grupo en actuar en el pasatiempo invernal. Gustavo Cabrera, un jardinero que llegó a firmar con un bono superior al millón de dólares con los Gigantes, era de los bisoños más apetecidos.

Soporte y consejos de Kendry

Ya firmado por Toronto, Ureña creció bajo la sombrilla de un gran núcleo de peloteros hispanos, quienes a pesar de su status lo tomaron como uno de ellos, Kendry Morales, José Bautista, Edwin Encarnación, para citar unos pocos.

En los pasados años ha actuado de manera parcial con los Azulejos, en diferentes posiciones y este año en la Liga Dominicana muestra un bate tan depurado que lo tiene en disputa con Sócrates Brito en la batalla por el cetro de bateo.

Ureña es un bateador de por vida de apenas .217 en el béisbol invernal y quien en el 2017-18, su última campaña en la Liga lo hizo para solo .190 (63-12), pero en esta ocasión ha sido uno de los pilares ofensivos para los Gigantes y exhibe un astronómico .330.

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La madurez rinde sus frutos

Desempeño

Para el jugador de 23 años, la madurez alcanzada en tres años con los Azulejos, mas el tiempo que registra en las Menores rinde sus frutos y ha sido uno de los bateadores mas consistentes en el torneo.