El Deporte

Washington

Abucheos en Serie Mundial pudieron ser algo nuevo para Trump

Donald Trump saluda a la concurrencia en el estadio de los Nacionales.

Los abucheos fueron estruendosos. Y para el presidente Donald Trump, pudieron haber sido algo nuevo.

Trump fue blanco de abucheos, burlas y cánticos (y algunos aplausos) cuando asistió el domingo al quinto juego de la Serie Mundial en el Nationals Park. Fue un raro momento de desaprobación directa para un mandatario cuyo gobierno ha tomado medidas extraordinarias para protegerlo de las protestas y manifestaciones.

Desde que asumió la presidencia, Trump rara vez se ha aventurado a lugares de arraigo demócrata en su ciudad adoptiva o en otras partes del país en las que pudiera enfrentar hostilidad o indiferencia.

Cuando comenzaron los abucheos una vez que la imagen de Trump apareció en la pantalla gigante del estadio, el presidente parecía sorprendido. Le comentó algo a su esposa, Melania, mientras aplaudía. Pero su sonrisa se congeló y se desvaneció mientras continuaban los abucheos y una parte del público comenzó un breve cántico de “¡Enciérrenlo! ¡Enciérrenlo!”, una versión de la consigna que entonó en contra de Hillary Clinton en decenas de eventos durante su campaña presidencial 2016.

Funcionarios de la Casa Blanca intentaron restarle importancia a la muestra pública de rechazo, que estalló cuando apareció la imagen del Trump en la pantalla durante un tributo a las fuerzas armadas.

“Sé que también hubo algunos que aplaudieron. Pero, vamos, estamos en Washington D.C. Es una ciudad bastante liberal”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley, el lunes.

Aunque los funcionarios de la Casa Blanca estaban preparados para los abucheos en un estado ubicado en una ciudad en donde apenas el 4% de sus habitantes votaron por Trump, algunos pensaron que el anuncio de horas antes sobre la muerte del líder del grupo Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, serviría de algo. No fue el caso, a pesar de los esfuerzos por limitar los abucheos.

La caravana presidencial llegó al estadio poco después de las 8 de la noche, permitiéndole al mandatario ingresar al lugar mientras los aficionados se concentraban en el inicio del juego y en el primer lanzamiento ceremonial por parte del chef y activista José Andrés, abierto detractor del presidente. Trump llegó a su lugar en un palco de lujo rodeado de rostros amistosos, incluyendo a legisladores republicanos.

Es el primer juego al que acude Trump desde que asumió la presidencia, y atrajo poca atención del público en las primeras entradas.

Pero al final de la tercera entrada, como parte de un tributo a los veteranos, los Nacionales rindieron homenaje a algunos miembros de las fuerzas armadas que estaban cerca del presidente. Una fuerte ovación estalló hasta que la cámara enfocó a Trump. De inmediato, los aplausos se convirtieron en fuertes abucheos. Una vez que la cámara enfocó nuevamente a algunos veteranos, volvieron también los aplausos.

Sus aliados señalaron que el presidente debería acoger los abucheos.

“Para mi ser abucheado sería una medalla de honor”, dijo el hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr. “¡Si los estás haciendo enojar es porque estás haciendo algo bien!”