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EVOCACIÓN

Nacionales en Serie Mundial que eludió a los Expos

Pedro Martínez comenzó su estrellato con los Expos de Montreal.

Pedro Martínez comenzó su estrellato con los Expos de Montreal.

Pedro Martínez salió al terreno de juego antes del cuarto juego de la serie mundial entre Astros y Nacionales y se imaginó en el montículo.

“Yo debí haber lanzado en este partido”, comentó.

El dominicano era el cuarto abridor de los Expos de Montreal en 1994, año en que eran el mejor equipo de las mayores cuando los jugadores se declararon en huelga el 12 de agosto, motivando la cancelación del resto de la temporada. Ahora los Nacionales de Washington --otrora los Expos de Monteral-- están en la serie mundial y tienen la oportunidad de cosechar un trofeo que los Expos pudieron haberse llevado hace 25 años de haberse completado la temporada.

“Los Nacionales están haciendo algo que nosotros esperábamos hacer hace 25 años”, dijo Martínez. “Estábamos destinados a ir a la serie mundial. Pero se suspendió y nunca tuvimos la oportunidad”.

Los Expos del 94 tuvieron cinco peloteros en el Juego de Estrellas --sin contar a un joven Martínez, hoy en el Salón de la Fama; a Larry Walker, que bateaba de 313, y a John Wetteland, quien sería el jugador más valioso de la serie mundial de 1996-- y tenían la mejor marca de las mayores, 74-40, cuando estalló la huelga. Habían ganado 20 de sus últimos 23 juegos, aventajaban a los poderosos Bravos por seis juegos en la división Este de la Liga Nacional y eran grandes favoritos para darle a Canadá su tercera serie mundial seguida. Los Azulejos de Toronto habían ganado las de 1992 y 1993.

Desafiando los pronósticos, Montreal parecía destinado a los playoffs por segunda vez en su historia, y primera desde 1981. Su cuerpo de lanzadores era tan bueno que Martínez, de 22 años por entonces, era el cuarto en la rotación. El dominicano cree que se hubieran coronado campeones ese año.

“Estábamos bien encaminados”, dijo Martínez, hoy analista de la MLB Network. “Éramos jóvenes, llenos de energía. Sabíamos cómo se jugaba al béisbol porque estábamos dirigidos por Felipe (Alou). Felipe nos enseñó cómo se debe jugar este deporte. Teníamos una gran defensa, buenos brazos jóvenes que se fajaban todas las noches. Todo lo que puedes imaginarte del béisbol, yo creo que lo teníamos en ese equipo”.

Martínez finalmente ganó la serie mundial en el 2004 con los Medias Rojas de Boston. Los Expos nunca tuvieron otra oportunidad.

Desde ya, el aficionado de los Expos Marvin Matthews no se imaginó por entonces que su equipo no volvería a acercarse a la serie mundial. Matthews le propuso matrimonio a su novia en el último juego de los Expos, el 4 de agosto de 1994, con un mensaje en el tablero electrónico que decía: “Kristy, los Expos son el número uno del béisbol. ¿Quieres ser mi número 1? Por favor, ¡cásate conmigo! Marvin”.

Sentado junto a Marvin y Kristy en el Estadio Olímpico se encontraba Patrick Roy, arquero de los Canadiens de Montreal que 14 meses antes habían ganado la Copa Stanley, como se llama al campeonato de hóckey sobre hielo. Los Expos perdieron ese encuentro ante los Cardenales de San Luis 7-3, pero ganaron siete de los últimos ocho juegos disputados antes de que se declarase la huelga.

“Fue un gran equipo”, recuerda Matthews. “¿Quién se iba a imaginar que todo se acabaría? Nadie lo pensó. Nadie sabía lo que iba a pasar”.

Matthews, quien hoy tiene 60 años, dice que se sintió peor tras la derrota ante los Dodgers de Los Ángeles en la serie por el campeonato de la Liga Nacional de 1981 porque a comienzos de los 90 todo el mundo sabía que los Expos contaban con un equipo joven, repleto de talento, y pensaron que habría más oportunidades.

“En el 94 pensamos que ese quipo tenía otros diez años por delante. Pero no pasó nada”, dijo Matthews.

“La parte económica del juego evitó que Montreal sea una ciudad de béisbol”, señaló Martínez.

El primero de la rotación Ken Hill y el jardinero central Marquis Grissom no volvieron a jugar para los Expos ya que fueron transferidos en abril de 1995. El paracorto Will Cordero se fue poco después, lo mismo que el jardinero Moisés Alou, quien se fue a fines de 1996 y resultó seleccionado cinco veces al Juego de Estrellas. Acto seguido partieron Darrin Fletcher y Martínez, quien pasó a Boston tras la temporada de 1997.

Los Expos terminaron por encima 500 solo tres veces y nunca volvieron a los playoffs en Montreal.

Cada vez iba menos público a los juegos.

“Fue duro para mí ver desaparecer el equipo sin haber tenido una oportunidad legítima de llegar a la serie mundial”, dijo Martínez.

El equipo fue comprado por las grandes ligas y transferido a Washington en el 2005.

Andre Dawson, quien jugó 11 temporadas para Montreal y es una de las glorias del equipo, opina que el éxito de los Nacionales es bueno para Montreal.

“Son una extensión de los Expos”, dijo Dawson el domingo en una llamada telefónica.

Cuando Martínez ve jugar a los Nacionales, piensa que son el equipo para el que jugó y sueña con el día en que puedan cumplir el sueño que sus Expos tuvieron en 1994.

“Creo que hay una conexión”, expresó. “Ojalá Montreal vuelva a tener un equipo. Quién sabe lo que puede suceder”.