PRESENCIA DOMINICANA

Un duelo olvidado

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Tony Piña CámporaSanto Domingo

Es una costumbre entre los seguidores del béisbol recordar los grandes duelos de lanzadores. Ocurren en todos los niveles que se practica este deporte; algunos la popularidad de los protagonistas los mantienen en la memoria, otros se olvidan con el tiempo.

Para la campaña de béisbol dominicano de 1960-61, debido a la situación política existente por los actos cometidos por el gobierno de Trujillo, el país fue sancionado internacionalmente. Esto generó que la liga determinara efectuar el torneo sin la presencia de jugadores importados a sabiendas que les iban a negar los permisos para participar, consecuencia del indicado castigo. Respetando las distancias en el tiempo, ocurrió algo similar a lo que está actualmente sucediendo con Venezuela.

Esa coyuntura permitió que muchos jugadores nativos tuvieran una oportunidad de accionar como regulares, cosa que hubiese sido difícil con la presencia de los jugadores que entonces eran refuerzos. Uno de los beneficiados de esa situación fue el lanzador derecho de las Estrellas Orientales Ceferino Foy, que pudo ser parte de la rotación de ese equipo durante todo el torneo. Era un prospecto de los Bravos de 22 años de edad que había participado durante el verano anterior en un circuito de clasificación B de esa época, equivalente a una A avanzada de esta, logrando a lo largo del certamen local realizar un excelente aporte haciendo pareja con el estelar Chichí Olivo.

Su gran momento lo alcanzó el diez de enero de 1961 cuando Licey y Estrellas se enfrentaron en San Pedro de Macorís, con Licey de home club. Encaró al brillante zurdo Guayubín Olivo y ambos se concentraron en un duelo que mantuvo a lo largo de diez episodios el marcador en blanco. En la primera del onceno episodio el oriental Chico Conton anotó la decisiva carrera. Olivo ponchó a 16 de los 35 bateadores que enfrentó, pero Foy fue un formidable rival permitiendo seis hits y ponchado a tres, siendo enormemente auxiliado por cuatro dobles matanzas ejecutadas por su cuadro interior.Ganó una por cero.

Ese día Ceferino Foy consiguió superar a un gigante del montículo, atrapó su cuota de gloria, es merecedor que su hazaña sea rescatada del olvido.

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