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MUJERES DE GRANDES LIGAS

“SUSTENTO”

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Carolina Cruz De MartínezSanto Domingo

El trabajo del hombre devenga una recompensa que viene como resultado de su profesión. Ese sustento viene para cubrir necesidades y deseos naturales de la vida misma. El poder sustentarte y sustentar la familia trae plenitud y satisfacción y por consiguiente una motivación para continuar siendo proveedora o proveedor. Compartir ese sustento es clave para sentir que vale la pena seguir, pues de poco vale la acumulación sino va de la mano de los seres amados.

En ese tenor el atleta debe ser fino en como maneja lo que le entra. El sustento es bueno si se maneja desde una posición de administrador, pero puede ser catastrófico si se maneja desde un criterio de dueño. Si la vida es un préstamo que nos hace el Creador, cuanto más será el sustento que El mismo nos permite tener. No estamos capacitados para el manejo efectivo de parabienes si actuamos independientes del que sabe para que nos tiene.

Cuando el sustento que recibimos es manejado sin noción del Creador, lo único que hará es auto destruirte sin control ni contemplación. Actuar como dueño de si, hará que el sustento se convierta en ese dios que controlará y manejará tu capacidad de decisión. El sustento te hará endiosarte, engrosarte, enceguecerte y ensordecerte. Nadie te podrá hablar porque no se lo permitirás; tomarás decisiones en base a el y el te controlará hasta que te lleve a malgastarlo y seas como esclavo y el tu ayo.

El sustento nunca fue hecho para manejarnos sino para ser manejado. Cuando el atleta piensa que porque tiene puede abusar de la “suerte,” violentar las reglas y leyes, denigrar a aquellos que no necesita e ignorar y no valorar los que si necesita, está rumbo a caer en las garras del tener. El sustento no te hace ni inmortal, ni infalible, ni más importante, pues es solo una herramienta a administrar, y no algo que de licencia para matar.

“Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.”

Eclesiastés 5:19. Somos administradores del sustento que Dios nos da, no nos confundamos.

Hasta la próxima

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