Tenis
Los 3 Grandes no ceden
La trascendencia del triunfo de Rafael Nadal el pasado domingo en el Abierto de los Estados Unidos va más allá de haber ganado su trofeo 19 de Grand Slam para colocarse a solo uno de Roger Federer en la lista de todos los tiempos.
La grandeza de su victoria radica en el contexto en el que la obtuvo, venciendo a un rival más joven, en una superficie donde no tenía ventaja y en un evento en el que no era favorito.
Más allá de que este cuarto título en Nueva York lo posiciona entre los más ganadores en la Era Abierta en la Gran Manzana, no es un secreto que el estado físico del español siempre es una incógnita, por ello se bajó de Cincinnati, el último evento importante antes del US Open, para preservarse de cara al último Grand Slam del año.
Sin embargo, su cuerpo no fue una limitante en esta ocasión como el año pasado.
Durante las dos semanas del certamen estuvo 100 por ciento sano como revelan los resultados de sus partidos.
Especialista Tampoco la cancha dura (más exigente para el físico) resintió sus rodillas ni mermó sus capacidades, tomando en cuenta que es un especialista sobre el polvo de ladrillo Los rivales no fueron óbice, que aunque no se llamaran Federer o Djokovic, sí tenían posibilidades reales para alzarse con el campeonato. Ante él sucumbieron el ex campeón Marin Cilic; John Millman, la sorpresa de la edición 2018 al llegar a cuartos dejando eliminado a Federer, y representantes de la nueva generación como Chung, Schwartzman y Berretini.
Final impresionante Lo que pasó en la final fue impresionante. Después de ganar los dos primeros sets a Daniil Medvedev, el ruso no se rindió, no bajó la guardia, y en un momento parecía que habían dos Nadal en cancha.
Todo se devolvía, a toda pelota se le llegaba y hacer cada punto era posible. Tanto así, que en un momento del encuentro el número dos del mundo no encontraba manera de sumar.
Pero la persistencia, el deseo de ganar y la mentalidad de campeón llevaron al ibérico a sonreír al final para extender su dominio en suelo neoyorquino.
Un liderazgo que sumado al de Federer y Djokovic va más allá de los Grand Slam; su hegemonía se extiende a todo el tenis mundial.