Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

MUJERES DE GRANDES LIGAS

“Tremendo”

Avatar del Listín Diario
Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

Ese muchacho es tremendo,” “es tremendo tipo,” “ese batazo fue tremendo” son expresiones cotidianas empleadas para referirnos a alguien que es considerado extraordinario en sí mismo y su profesión. El ser catalogado de “tremendo” generalmente viene producto a un sentimiento de admiración, asombro y respeto.

Los atletas, artistas, profesionales por encima del promedio gozan de ser descritos con este adjetivo por parte de su fanaticada, quienes disfrutan de sus proezas y hazañas.

Pero que “tremendo” sería que el ser “tremendo” no se circunscribiera a una cancha, o un balón, un bate o un timón. Que “tremendo” fuera que los atletas fueran admirados, respetados y objeto de asombro por ser “tremendos” de manera integral. Que “tremendo” sería que fueran emulados por ser hijos ejemplares, cordiales, que honran y respetan a sus padres; que sean imitados por ser hombres ecuánimes, confiables, de palabra y cordiales; que sean admirados porque no negocian la estabilidad personal por una pequeña locura sin pensar; que sean reconocidos cuando han tenido una trayectoria familiar y matrimonial sin cola que pisar.

La sociedad cataloga como “tremendo” todo lo que consigna entretenimiento, comercio, excitación y popularidad, pero valora y honra poco lo esencial, lo fundamental, lo anónimo, lo que da sentido personal.

No hacemos nada con ensalzar el talento o habilidad profesional de un “tremendo” atleta cuando en su vida personal y familiar es un “tremendo” desastre. Enarbolar ese tipo de incoherencia y bipolaridad hace más daño al atleta, quien recibe el meta mensaje de aprobación de un mercado que solo valora su rendimiento y producción; el atleta siente que se le ‘firma un vale’ eximiéndole de sus otras responsabilidades.

Hay que cambiar el paradigma de dividir e individualizar a figuras que son consideradas ejemplos en la sociedad. Sería “tremendo” poder contar con la aprobación fidedigna de una generación que exija que sus héroes de carne y hueso deportivos sean “tremendos” como humanos y no solos cuando cruzan el umbral de un estadio o escenario.

“El fin de todo el discurso oído es éeste: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”. Eclesiastés 12:13

Tags relacionados