Karl-Anthony Towns y la selección nacional

Representar a su país en un evento internacional es una decisión que el atleta debe tomar por voluntad propia y sin ningún tipo de cohesión, de acuerdo con sus convicciones y criterio personal. Vestir el uniforme de la selección nacional supone un enorme privilegio, pero quien no asuma esta responsabilidad no puede ser considerado un traidor a la Patria, como muchas personas sostienen. Ahora bien, lo que es inaceptable son las falsas promesas y los compromisos a medias, o se asume el compromiso o se declina sin crear falsas expectativas.

Lo que dijo

Hago esta introducción para referirme al caso de Karl-Anthony Towns, quien de manera reiterativa en los últimos años dejó abierta la posibilidad de integrarse al equipo nacional de baloncesto. No obstante, luego de que República Dominicana lograra su clasificación para la Copa Mundial de China, manifestó en una entrevista concedida al colega Arving González, que su incorporación al seleccionado criollo que asistirá al certamen, a celebrarse del 31 de agosto al 15 de septiembre de este año, no era segura, alegando diferentes razones.

Las razones

En sus declaraciones, Towns señaló que para asistir a la cita mundialista debía primero pensar bien las cosas y sopesar factores como su edad y la cantidad de partidos que tiene que jugar con su equipo de la NBA, Minnesota Timberwolves, en la actual campaña y recordó que, en 2012, con 16 años, fue parte de la selección nacional. “Entonces sólo jugaba 30 partidos (en la NCAA), ahora tengo 23 años y debo participar en 80 juegos. La campaña de la NBA está joven aún y prefiero esperar que termine, entonces decidiré si estaré disponible o no”, expresó el jugador.

Falsas expectativas

Esas razones pueden ser valederas (aunque la excusa de la edad nadie se la cree), pero ese no es el punto. Reitero, que cada cual toma la decisión que más le convenga y lo criticable, desde mi punto de vista, es que desde un principio no hablara claro y dijera que, por sus compromisos con Minnesota, le resultaría muy difícil formar parte del conjunto que competirá en China este verano. Por el contrario, siempre se mantuvo diciendo que se sentía muy optimista de vestir en algún momento la chaqueta tricolor en los compromisos del equipo nacional, creando falsas esperanzas entre la gente que soñaban con verlo en la Copa Mundial defendiendo los colores del equipo criollo.

Sobre Horford

Se preguntarán por qué no critico a Al Horford, quien tampoco descartó regresar a la selección y aún no ha confirmado si estará en China. El motivo es porque su situación no es la misma que Towns. Horford ha cumplido con el país y la historia está ahí para confirmarlo. Su primera experiencia con el equipo nacional fue el torneo Centrobasket que se jugó en Cancún, en 2008 y permaneció jugando con la escuadra criolla hasta la edición de este evento en 2012, celebrada en San Juan, Puerto Rico, donde el país conquistó la medalla de Oro. Participó en 2009 en el Premundial de Puerto Rico, luego de haber firmado un contrato de 40 millones con Atlanta Hawks y estuvo en el Preolímpico de Mar del Plata, en 2011, en que República Dominicana logró la medalla de bronce. En cada uno de esos eventos brilló con la franela tricolor, entregado por entero a la causa quisqueyana. Towns, en 2012 estuvo en Centrobasket, pero como me dijo un colega, en esa época fue su madre dominicana quien influyó para que jugara y ahora la situación es diferente, ya que quien maneja sus asuntos es un agente.

El gerente

La misión del gerente de la selección, Francisco García, un atleta que predicó con su ejemplo y siempre dijo que sí a la escuadra nacional, debe ser convocar a los mejores jugadores disponibles con la encomienda de estructurar un equipo que pueda tener una actuación digna, en un evento de tanta envergadura como es un torneo mundial.

Compromiso

No es un asunto de convencer a nadie, como dijo hace un tiempo el propio García, ese no es su trabajo, ni para eso lo contrataron. Lo ideal, es que quienes estén en el seleccionado quisqueyano sean aquellos dispuestos a asumir el compromiso de dar el cien por ciento de su esfuerzo en la cancha.