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A TIRO DE HIT

Y finalmente llegó el Año Verde

Una columna semanal de béisbol escrita en República Dominicana sólo puede tener un tema en estos días: La victoria de las Estrellas Orientales en el Torneo Otoño-Invernal 2018-19. Luego de 51 años de espera, una fanaticada leal y consagrada con su equipo ha podido celebrar. Y también lo han hecho la mayoría de los seguidores del pasatiempo del país, que han hecho suyo este triunfo.

No habíamos nacido cuando San Pedro de Macorís celebró la corona de 1968. Pero hemos leído y escuchado historias de ese equipo, dirigido por el cubano Tony Pacheco. La ofensiva era encabezada por los nativos Rico Carty, Rafael “El Gallo” Batista y José Vidal Nicolás y los importados Hal King, Chico Ruiz y Ted Kubiak, entre otros. Carty fue el mejor de la liga en promedio de bateo, OBP, Slugging y carreras anotadas. El “Gallo” lideró en dobles y King en carreras remolcadas.

Silvano Quezada ganó 11 partidos para encabezar una rotación que también contó con Larry Dierker, Jim Ray y Danny Coombs. En la serie final, los orientales integraron al estelar cubano Mike Cuellar. Federico -Chichí- Olivo fue valiosísimo, ganando siete partidos como relevista y ocasional abridor.

En la Serie Final contra los Leones del Escogido, Dierker (apodado “El León) fue la principal figura, logrando dos victorias y un salvamento con PCL de 1.24 en 29.1 entradas lanzadas. El zurdo Coombs también tiró primores, ganando dos partidos con efectividad de 1.11 y Cuellar lanzó una magistral blanqueada de un hit en el quinto partido.

En una serie donde el pitcheo llevó la voz cantante por ambos equipos, Carty y King fueron los mejores con el madero, bateando .343 y .333, respectivamente. Las Estrellas se coronaron campeones en ocho partidos a pesar de promediar apenas 2.38 carreras anotadas por partido.

Al año siguiente regresaron a la Serie Final, pero en esa oportunidad los escarlatas emergieron victoriosos en siete partidos. Ahí comenzaron las vicisitudes de la franquicia oriental. Un total de 12 intentos infructuosos entre 1968 y 2019, viéndose muy cerca de la corona en tres ocasiones.

En 1975 rebotaron de un déficit 1-4 para llevar la famosa “Serie del Campo” contra las Aguilas al máximo, perdiendo el noveno y decisivo encuentro. En 1988, tuvieron ventaja de 3-1 frente a los Leones para luego perder tres juegos consecutivos. 12 años después, nuevamente llevaron a las Aguilas a un partido decisivo, perdiendo el mismo 3-2 en el Estadio Cibao.

Pero hoy, los fanáticos verdes pueden olvidar esas derrotas y celebrar un campeonato gracias a la consistencia de un equipo que dominó desde el inicio de la temporada, convirtiéndose en el séptimo de la era de los “round robin” que ganó la serie regular, la semifinal y obviamente la gran final.

Con el trabajo de José Mallén Calac y su equipo de operaciones de béisbol, y el liderazgo en el terreno del petromacorisano Fernando Tatis, las Estrellas ganaron consistentemente a pesar de las constantes variaciones de roster que se vieron precisados a hacer.

En la serie final, el joven y fogoso jugador José Sirí se convirtió en la gran figura. El muchacho hizo de todo. Su promedio de .591 empató una marca de series finales en poder de Mateo Rojas Alou desde 1959-60. Sirí también

sumó tres dobles y un cuadrangular entre sus 13 imparables, remolcó seis carreras, anotó seis, robó cinco bases y jugó superba defensa en el jardín central. Merecidamente, ganó el premio de JMV a unanimidad.

Pero otros se destacaron y fueron actores importantes en la tercera corona oriental.

Junior Lake demostró una vez más que es el “jugador franquicia” de las Estrellas, bateando .333, remolcando cuatro carreras y participando en muchos de los momentos importantes de la serie.

El super prospecto Fernando Tatis III vivió la experiencia de ganar jugando para su padre y enseñó todas las herramientas que lo han convertido en uno de los principales prospectos del negocio. Tenerlo en acción por tanto tiempo fue un lujo para los fanáticos dominicanos.

El “Guerrero” Yunesky Maya dejó nuevamente sentada su clase de gran competidor y líder, ganando dos partidos y permitiendo apenas una carrera en sus dos presentaciones. Es el primer lanzador que gana coronas con tres equipos en LIDOM. En sus seis salidas de post-temporada, tuvo un brillante PCL de 1.10.

Su compañero y compatriota Néstor Cortés tuvo dos salidas de seis entradas sin permitir anotaciones y también sumó un par de triunfos.

Evan MacLane estuvo superbo en dos presentaciones en relevo y finalmente pudo celebrar en su temporada número 10 con los verdes.

Henry Sosa, lanzando por primera vez en la liga desde la temporada 2011-12 realizó un relevo clave en el cerrado cuarto partido de la serie.

Los relevistas Román Méndez y Jumbo Díaz justificaron con creces el cambio que los llevó a San Pedro de Macorís, dominando las entradas finales.

El cubano Yasmany Tomás y los venezolanos Daniel Mayora, Héctor Sánchez y Héctor Giménez también hicieron aportes importantes para las Estrellas, que pudieron contar con la presencia de Miguel Sanó en su alineación.

Un trabajo mancomunado para finalmente premiar con un campeonato a Don José Manuel Mallén, presidente de las Estrellas, cuya labor titánica al frente del equipo es finalmente recompensada. ¡Enhorabuena!

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