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Testigos de las 2 coronas de Estrellas Orientales

VETERANO. José Lora, expresidente de la Asociación de Cronistas Deportivos de San Pedro recordó una serie de vivencias de las coronas conquistadas por las Estrellas en 1954 y 1968.

Pedro G. BriceñoSan Pedro de Macorís

Con pasos más lentos, rostros y pieles arrugados, canas en el pelo, mentalidades afectadas por el discurrir del tiempo, pero aún con vida y con capacidad para contar logros que ocurrieron hace 51 y 65 años: Los dos gallardetes obtenidos por las Estrellas Orientales en la pelota dominicana.

En un momento en que esta ciudad vibra, esta vez con un elevado índice de esperanza de que sí llegará la anhelada corona que el pueblo ha esperado por 5 décadas, Listín Diario conversó con varias personas envejecientes, algunos testigos de las dos coronas conquistadas por los Paquidermos, otros solo han presenciado la más reciente, pero que ocurrió hace 51 años.

Uno de ellos es ellos José Lora Pijuán, uno de los pocos nativos de la provincia que pudieron ver las dos coronas.

Niní Cáffaro, a quien los años pasan a grandes distancias de su persona, recuerda de ese torneo de 1954, cuando le ganaron 4-1 al Licey, nombres trascendentes en la corona como José Carrao Bracho, Valentín Arevalo, Alfredo - Chico- Conton como parte de los héroes de ese brillante logro de los Paquidermos.

“Para entonces contaba con unos 14 años y esa fue una celebración grandiosa”, es de lo poco que me llega a la mente”, expresa el cantautor dominicano, quien en la actualidad dirige el Teatro Nacional. Con ocho años menos que Niní para entonces, el ingeniero y cronista deportivo Atilio De Frías, por décadas un sufrido estrellista, lo poco que recuerda de 1954 es que su padre, Atilio de Frías (Pipi) tenía un jeep descapotado en el cual asistían al estadio acompañado de su madre Nurys.

El doctor Carlos Juan Musa, ex presidente de las Estrellas (2001-2004) contaba con apenas ocho años para 1954 y entre sus recuerdo narra que tanto cuando el equipo conquistó la segunda vuelta como cuando obtuvo el campeonato recorrió junto con Rafael Antún desde el parque Ramfis Hasta el hotel Saboya, que era donde se hospedaban los peloteros. Era propiedad de Miguel Malcún, tío de Kalil Haché.

Musa guarda desde pequeño un relación muy estrecha con la familia Antún. Era muy amigo y contemporáneo de uno de sus hijos, Frank, quien más tarde se casó con una de sus hermanas.

La brillante actuación de Bracho, la labor de Ramón Bragaña en la dirección fueron de los principales momentos que recuerda. Bracho era comparado siempre con Guayubín Olivo y le tocó enfrentarlo en la serie.

“Lo muy poquito que me llega a la mente es que tras el gallardete de 1954 al día siguiente del mismo cayó un fuerte aguacero y esto mermó un poco la fiesta de la corona”, señala Atilio al Listín Diario.

¿SERÁ ESTE EL AÑO? Otro protagonista consultado, José Lora Pijuán, contable, pero quien por más de 10 años presidió la Asociación de Cronistas Deportivos de la Provincia, a sus 85 años es también mínimo lo que se acuerda de ese primer gran momento.

El nombre de Bracho es lo primero que le llega a la mente, refiriéndose al lanzador que venció dos veces al Licey en aquel evento y el hecho de que tras la obtención del cetro los fanáticos parecían árboles andantes por las calles del viejo San Pedro.

“Fue un gran lanzador, se convirtió en factor determinante en el éxito de las Estrellas”, expresa Lora sobre esa brillante labor de Bracho en ese año.

Juan Fiorentino estuvo en una breve visita en San Pedro, asistió al Tetelo Vargas y se acuerda el corte de cientos de árboles en esa histórica celebración de 1954 y el recorrer de las calles a pie.

Kalil prestó camiones Ya con momentos mucho más frescos, el gallardete de las Estrellas en 1968 es más recordado. “Yo presté tres camiones para que el pueblo disfrutara en las calles y le dimos varias veces la vuelta al pueblo”, sostiene el coronel Kalil Haché, presidente del Círculo Deportivo Militar, sobre aquel histórico momento.

“La fiesta del triunfo se realizó en mi casa”, agrega el octogenario deportista refiriéndose a la celebración de la corona alcanzada tras vencer 2-1 al Escogido. Chichi Olivo se anotó la victoria.

Para Cáffaro, el 1968 quedará siempre sellado en su vida, pues junto al triunfo de las Estrellas, conquistó el Festival de la Voz con la emblemática canción Por Amor, que desde entonces ha sido una especie de himno para los dominicanos, con grabaciones en varios países.

Rafael Batista era de los peloteros favoritos de Niní, quien estuvo en el Tetelo Vargas la noche de coronación ante el Escogido y recuerda que esos momentos de locura vividos en esa fecha.

“No éramos muchos habitantes, pero se disfrutó en grande”, señala Lora Pijuán, un contable, quien a la llegada del Listín Diario escuchaba unas baladas del ayer en una confortable mecedora.

Como 125 mil habitantes, éramos pocos aún”, recuerda el doctor Musa de un 1968 en que era un joven estudiante de 22 años, soltero, pero que 50 años es un médico viejo, ya con una docena de nietos.

“Rafael tenía una estrecha relación con los Astros de Houston, era compadre de su gerente John Mullen y quien envió su mejor talento a las Estrellas para que las ayudaran a ganar”, señaló, refiriéndose a personal como Larry Dierker, Mike Cuellar, Hal King, Jim Ray, Danny Coomb entre otros.

Atrapada pelando chinas para vender, Tomasina Vilorio, de 82 años, una trabajadora a tiempo completo y con 53 años residiendo en el barrio Restauración justo detrás de la pared del jardín derecho del estadio, recuerda que el único partido que observó completo fue el día en que se inauguró el Tetelo Vargas el 25 de octubre de 1959.

“Asistía con mi esposo al parque, pero siempre nos íbamos antes de culminar los partidos”, señala cuando acompañaba a Miguel Echevarría.

Alberto Risi, comerciante de 89 años guarda muy poquito recuerdo del cetro de 1954, pero que desde 1951 asiste al parque. “Todas las cañas y los arboles fueron arrancados, esto fue de locura, era una sola fiesta por todos lados”, afirma.

Juan Fiorentino, de 87 años fue flechado en el parque junto con su esposa, Mercedes Pieter, doctora disfrutaba del único partido que podía observar, pues en la mañana siguiente emprendía vuelo hacia Italia..

Guarda gratos recuerdos de 1968 pues para entonces su esposa estaba embarazada y aún así asistieron con mucha frecuencia al parque. Al día siguiente los médicos que les atienden sus achaques de salud, pero se mantendrá al tanto de los partidos gracias a la magia de la tecnología.

Grandes ausentes En 1968, los estudios universitarios dejaron fuera de la celebración viva a tres connotados estrellistas, el actual presidente del equipo, José Mallén y dos miembros del micrófono en la crónica deportiva, de Frías y el extinto Tano Martino.

Mallén realizaba estudios universitarios en Alemania y fue poquito lo que vivió de esa corona, hoy es el principal artífice para que las Estrellas puedan finalmente repetir la historia.

De Frías y Tano, por el contrario estudiaban ingeniería en la Universidad de Mayaguez, pero se mantenía a través de la radio de todo cuanto sucedía en la final, pues buscaban la forma de no tener que realizar tareas cuando llegaba la hora de los partidos.

“Recuerdo que desde un tercer nivel de la universidad escuchábamos los partidos, las cercanías de Mayaguez con Dominicana nos facilitaba un poco las cosas”,

Hoy De Frías pudiera ser testigo de ver a las Estrellas coronarse, en caso de ganar Tano, en vida un estrellista a tiempo completo, sentiría el aroma de campeón del equipo.

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